El Ministro de Educación, Cultura y Deporte José Ignacio Wert, afirmó el pasado 13 de abril en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que no había ninguna universidad española entre las 150 mejores del mundo. Pero estaba equivocado, al menos en el área de Economía hay tres.

Una de las divisiones de la empresa Thomson Reuters, Thomson Scientific ISI, se ocupa de elaborar bases de datos de la producción científica a nivel mundial. La más conocida es el Journal of Citation Reports Web, base de datos que ofrece un medio sistemático y objetivo para evaluar de manera crítica las revistas científicas más importantes del mundo. En concreto, JCR Web permite medir la influencia y el impacto de las investigaciones realizadas (a nivel de revistas y por áreas de investigación) y muestra las relaciones entre las revistas que citan y las que son citadas.

El CentER for Research in Economics and Business de Tilburg University (Holanda) ha publicado su tradicional Ranking mundial de Facultades de Economía correspondiente a 2011. El ranking se elabora con los puntos acumulados por cada Facultad en relación al número de artículos publicados en las 68 principales revistas científicas del área de Economía indexadas en la base JCR Web.

En el primer cuadro (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande) aparece el ranking de las 50 primeras Facultades de Economía a nivel mundial. El orden viene determinado por la puntuación acumulada por las publicaciones de sus profesores en las revistas científicas escogidas para el período 2004-2011.

El ranking lo encabeza la Universidad de Harvard, EE.UU., con 1231 puntos, mientras que la primera universidad europea es la London School of Economics, Reino Unido, que se sitúa con 606 puntos en el puesto número 9. La sorpresa es que si aparece una Facultad de Economía española en el Top 50 mundial: se trata de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, que ocupa el puesto 46 con una puntuación acumulada de 231 puntos, y en tendencia ascendente.

Si ampliamos el ranking tenemos también bien situadas varias Facultades de Economía españolas:

  • En el Top 100 mundial aparecen la Universidad Carlos III de Madrid en el puesto 51 (con 213 puntos) y la Universidad Autónoma de Barcelona en el puesto 93 (con 143 puntos).
  • En el Top 200 mundial aparecen la Universidad de Alicante en el puesto 156 (con 82 puntos) y la Universidad de Barcelona en el puesto 181 (con 70 puntos).
  • Y en el Top 300 mundial aparecen tres Facultades de Economía: la Universidad de Valencia en el puesto 242 (con 51 puntos), la Universidad del País Vasco en el puesto 283 (con 40 puntos) y la Universidad de Vigo en el puesto 295 (con 38 puntos).

En el segundo gráfico aparece el ranking de  las 50 primeras Facultades de Economía de Europa. Aquí es donde debería el Ministro Wert y las Universidades españolas centrar sus esfuerzos para escalar más en el ranking europeo.

El ranking europeo lo encabeza la London School of Economics, Reino Unido, mientras que la primera universidad española es lógicamente la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona que se sitúa en el puesto número 13.  Y en el Top 50 europeo también se colocan en puestos destacados la Universidad Carlos III (puesto 15) y la Universidad Autónoma de Barcelona (puesto 33).

Si ampliáramos el rango al Top 100 de Europa entrarían en el mismo la Universidad de Alicante (puesto 53), la Universidad de Barcelona (puesto 70) y la Universidad de Valencia (puesto 96).

En el último gráfico presentamos el ranking de la Facultades de Economía españolas. Las Universidades que no aparecen en el ranking es porque sus profesores no han publicado ni un sólo artículo en las 68 revistas internacionales de prestigio seleccionadas en el periodo 2004-2011.

En el Top 10 español hay dos grupos bien diferenciados: las Facultades de Economía que juegan la «UEFA Champions League» en Europa (Universidad Pompeu Fabra, Universidad Carlos III y Universidad Autonóma de Barcelona) y las que juegan la «UEFA Europa League» (Universidad de Alicante, la Universidad de Barcelona y la Universidad de Valencia). La distancia entre los dos grupos de excelencia está aumentando con el tiempo, pero también es verdad que la distancia entre el segundo grupo y el resto de Facultades de Economía españolas aún se ha ampliado más.

El Ministro Wert incluyó en el Real Decreto-ley 14 /2012, de 20 de abril, de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo una medida que va en la buena línea de premiar la excelencia de los profesores que dedican parte de su tarea universitaria a la investigación, y que la misma es reflejada en la publicación en revistas revistas científicas del área de Economía indexadas en la base JCR Web y que es, en última instancia, ya recompensada económicamente con la obtención del complemento de productividad de la actividad investigadora (sexenio) otorgado por la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora.

Esta medida «discriminatoria» premia a los profesores con éxito probado en su producción científica y se concreta ahora en la reducción horaria de la actividad docente respecto a los que no han dedicado parte de su tarea universitaria a la actividad investigadora. En concreto, en el Real Decreto-ley se establecen tres grupos:

  • La dedicación docente se establece como máxima en 16 créditos [1] para los Catedráticos de Universidad con cuatro o más sexenios de investigación (estando el último en vigor) y al resto de profesores universitarios funcionarios con tres o más sexenios de investigación (estando el último en vigor).
  • La dedicación docente aumentará como máximo a 32 créditos para cualquier profesor universitario funcionario que no haya sometido a evaluación el primer período de seis años de actividad investigadora, que haya obtenido una evaluación negativa de dicho período, o que hayan transcurrido más de seis años de la última evaluación positiva.
  • Finalmente, en el resto de casos la actividad docente queda fijada como hasta ahora, un máximo de 24 créditos.

Esta debe ser la primera medida pero no la última de una amplia lista. Las próximas podrían ser las siguientes:  i) aumentar en gran medida la retribución asignada a los complementos de productividad de la actividad investigadora o sexenios (y con mayor cuantía para cada tramo acumulado); ii) establecer el distrito único universitario nacional, para que los mejores alumnos vayan a las mejores universidades (con becas de movilidad generosas). Ello implicaría una competencia entre universidades para captar a los mejores alumnos; iii) establecer que solamente las universidades con carácter más investigador impartan estudios de postgrado (Máster y Doctorado). Para tal fin, bastaría con exigir determinado número de sexenios de investigación al conjunto (y también individualmente) de los profesores que vayan a impartir su docencia en postgrado; iv) reducir el número de años de los Grados (de los cuatro actuales a tres como ocurre en la mayoría de los países de la Unión Europea) para liberar recursos con el objetivo último de establecer titulaciones de postgrado de mayor calidad.

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[1] Una asignatura en un Grado tiene normalmente 6 créditos.

3 Comentarios

  1. Osea: que la Pompeu Fabra ha aportado a la Ciencia, al conocimiento aplicado y útil para la sociedad, CIEN VECES MÁS (leen bien) que la Universidad de Sevilla, o la Politécnica de Madrid, o…. ¡Pero qué morro tienen estos mandarines, que nunca cuentan cómo llegaron, en la mayoría de los casos, al mandarinato, cuando ni había ISI, ni la madre que la parió! ¿Creerán que somos gilipollas, o ministros, o qué?

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