En los últimos años hemos visto como han ido en aumento las noticias en torno al uso de una nueva forma de crear productos. Se trata de “fabricar” productos utilizando impresoras en tres dimensiones (3D), usando como inputs materiales plásticos y metálicos, entre otros. Como ejemplos de esta proliferación podríamos citar los artículos recientemente aparecidos en The Economist (“The printed world”, 2011; “Print me an Stradivarious”, 2011; “3D printing scales up”, 2013; “Boiprinters: Printing a bit of me”, 2014) y en The New York Times (“3D printers to make things you need or like”, 2013; “Will 3D printers change the world, 2014).

En caso de que el lector se esté preguntado ¿y esto qué es?, comenzaré por explicar en que consiste imprimir en 3D. La técnica de producción utilizada se denomina producción por adición (“additive manufacturing” en inglés) y presenta una serie de ventajas con respecto a técnicas de producción tradicionales, y como no, también algunos inconvenientes. Entre las ventajas cabe citar el uso racional de los materiales con una mínima generación de residuos, dado que el material se va depositando capa a capa hasta completar la fabricación del producto. Ello implica que no hay que cortar material de un bloque sólido y desechar el material sobrante. Además del ahorro en inputs y energía en el proceso de producción también se asocia con una reducción el los costes de inventario, al no ser necesario almacenar productos para servir a los clientes. Con un “clic” se crea una nueva unidad, que no tiene por qué ser exactamente igual a la anterior, sino que puede variar en color, diseño y forma, solo con un par de “clics”. Adicionalmente, dado que en algunos casos el bien se produce completamente por impresión, las cadenas de montaje y ensamblaje pueden perder la importancia que tienen actualmente para producir bienes de consumo. Finalmente, el uso creciente de esta tecnología ha incentivado la investigación en el diseño de productos online y en la experimentación con nuevos materiales híbridos. Si nos atrevemos a ser visionarios, el uso extendido de esta técnica podría eventualmente reducir el transporte de bienes entre continentes y también las emisiones de gases asociadas con los consiguientes beneficios para el medioambiente. Nos moveríamos así desde la globalización hacia la “glo-calización”, siendo solo necesario el transporte de los materiales y no de los bienes finales, para la producción de los cuales sería suficiente enviar por email (o descargar online) el diseño correspondiente.

Entre los inconvenientes asociados a esta técnica de producción que se suelen citar están los tiempos de producción, todavía substanciales, y el elevado coste tanto de las impresoras 3D como de los nuevos materiales que estas impresoras utilizan. Podrían también tener futuras consecuencias negativas para el mercado de trabajo, si se considera que permiten producir más con menos trabajadores. Sin embargo esto podría verse desde el lado positivo si fuese posible reducir las horas de trabajo por trabajador y mejorar las posibilidades de ocio.

La segunda pregunta que nos viene en mente es ¿Y que se puede producir?. Pues bien, las posibilidades se han ido ampliando en pocos años y hoy es posible producir con esta técnica desde audífonos hasta piezas de coches y aviones, pasando por joyas, zapatos, juguetes y prótesis dentales. Entre las empresas que ya la usan podemos destacar Ford (esta empresa ya ha producido más de medio millón de piezas), Nike (fabrica partes de bolsas y zapatillas), Starkey (audífonos que se producen así desde hace 10 años con más de 10 millones de aparatos producidos), Makielab (muñecas) y Hershey´s y Hasbro (chocolate).

También nos podríamos preguntar quienes son los principales países innovadores y exportadores. Claramente no es difícil de adivinar que entre los más innovadores se encuentran Estados Unidos, Alemania, Israel y Reino Unido, mientras que en el ranking de exportadores es Alemania la que ocupa el primer puesto.

Entre las empresas más importantes dedicadas a la producción y venta de 3D se encuentran Stratasis, 3D Systems Corporation y ExOn Co, las cotizan en bolsa (información para ávidos inversores). También existe un fondo dedicado a impresoras 3D denominado 3D Printing Fund LLC.

Con respecto al uso en la industria, cerca del 60 por ciento de las compañías pequeñas y medianas están adoptando de algún modo la tecnología y el 70 por ciento de las grandes las usa en cierta medida. Aplicaciones en la industria aeroespacial son ya comunes. En esta industria las 3D son usadas por General Electric, NASA, Boeing y Airbus, por ejemplo. Airbus imprimió en 2013 mas de 1300 frenos con un ahorro de 44 días en tiempo de entrega y Boeing fue una de las primeras empresas en adoptar la nueva tecnología, con más de 20000 partes ya impresas para 10 tipos diferentes de aviones militares y comerciales (Dreamliner 787 contiene 30 componentes producidos con 3D).

A pesar de la incertidumbre que nos depara el futuro, algunos analistas se han aventurado a predecir lo que pasará dentro de unos años en este campo, amparándose, como no, a una serie de hipótesis. De acuerdo con Wohlers Report (2014), se espera que la industria de la impresión en 3D en todo el mundo crezca de $ 3.07B en ingresos en el 2013 a $ 12.8B en 2018 y supere los $ 21B en ingresos en todo el mundo hacia el año 2020.

Todavía no es posible saber si esta innovación va a poner realmente en juego el proceso de globalización y crecimiento continuo del comercio en bienes y servicios en el que estamos inmersos, ni de si va a llevar al “fin” de las cadenas de producción globales que se han desarrollado en las últimas décadas, como predicen algunos artículos. Para ello habrá que esperar.

3 Comentarios

  1. Es increible no cabe duda los avances que se estan dando en el campo de las impresoras, creo que esta crisi economica que estamos viviendo por raro que parezca esta incentivando la inovaccion de las empresas en busca de nuevos productos

  2. Al final estamos hablando de productividad en la economía, y ello en resumidas cuentas, es riqueza para todos. Desde luego nos va a tocar vivir tiempos fantásticos, el ahorro de materiales e inputs mediante esta tecnología probablemente nos lleve a una era nueva de eficiencia económica.

  3. Y ahora la tecnologia creará más desempleo, porque ahora será necesario menor personal, esto es interesante, el principal detonador del desempleo es la tecnologia no la crisis economica mundial

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