En estos últimos días del año aparecen algunas importantes estadísticas de carácter estructural, que recogen la situación de sectores o actividades a lo largo del año anterior. Entre ellas, en los últimos días el INE ha publicado estadísticas tan relevantes como la Encuesta sobre Innovación en las Empresas de 2010 o la nueva Cuenta Satélite del Turismo 2008-2010 (con la nueva base 2008 de la CNE). Sin embargo, habrá que esperar hasta febrero y junio del próximo año para tener, respectivamente, la Encuesta Industrial de Empresas y la Encuesta Anual de Servicios de 2010. Ambas estadísticas son herramientas básicas para analizar posibles cambios estructurales y proporcionan una imagen más sólida y amplia de las características de los dos principales agregados sectoriales. Sin embargo, ha de reconocerse que los últimos tiempos dificultan un análisis sosegado de la información proporcionada por las encuestas estructurales, cuya información necesariamente se encuentra más alejada de los últimos acontecimientos. Claramente, el sector industrial ejemplifica esa situación.  Por ello en esta entrada señalaré algunas características de su evolución más reciente y la pondré en un contexto temporal más amplio, utilizando para ello el Índice de Producción Industrial.

La variación media del Índice de Producción Industrial (IPI) en los diez primeros meses de 2011 se situó en el -0,6%. Este dato, ya de por sí negativo, esconde además dos características preocupantes. En primer lugar, un clarísimo deterioro de la producción industrial a medida que transcurría el año: con datos corregidos por efecto calendario, la variación interanual del IPI pasó desde el 3,6% interanual en febrero al -4,2% de octubre.  Además, el deterioro desde el mes de agosto ha sido muy (pero que muy) acusado.  Un vistazo un poco más amplio nos permite valorar el momento actual.  El índice general, con base 100 en el año 2005, creció algo más del 7% en los dos años siguientes (2006 y 2007). Sin embargo, se desplomó hasta un valor de 83,6 (es decir, un 22% de caída) en 2009, mientras que el valor medio de 2010 fue solo ligeramente superior. La tendencia negativa en el transcurso de 2011 lo sitúa en 83,9. La conclusión es evidente: en términos generales, el sector industrial ha logrado cierta estabilización tras la profunda caída experimentada desde los máximos de mediados de 2007, pero en modo alguno ha comenzado a recuperar el terreno perdido. Por el contrario, los últimos datos indican una preocupante recaída. El indicador ALdE de coyuntura, elaborado por Máximo Camacho, apunta en ese sentido (ver el análisis de Máximo pinchando aquí).

En segundo lugar, este panorama general es compatible con una elevada heterogeneidad en el comportamiento sectorial. Aunque ninguna agrupación alcanza el nivel de partida (esto es, el valor 100 de 2005), sin duda la situación más crítica es la de la producción de bienes de consumo duradero. En ese caso, el valor medio del Índice de Producción Industrial en lo que va de año es de 55,9.  En esa agrupación (basada en el Reglamento (CE) 656/2007 de la Comisión de 14 de junio de 2007) se incluyen, además de la fabricación de aparatos electrónicos y ópticos, joyería  y aparatos domésticos, un sector muy importante: el de la fabricación de muebles, con un valor medio del índice de 53,2 en lo que va de año.

¿Qué otros grupos de actividad (CNAE-2009 a 3 dígitos) tienen valores similares? Pues entre ellos están, no por casualidad, los de Fabricación de productos cerámicos para la construcción (con un valor medio hasta octubre de 52,1), los de Fabricación de cemento, cal y yeso (45,4) o de Fabricación de elementos metálicos para la construcción (65,8). De hecho, un sencillo cálculo nos permite aproximar cuál es el IPI medio más directamente vinculado a la construcción. Para ello basta con acudir a la Tabla de destino de la producción interior a precios básicos, en el Marco Input-Output , y seleccionar los productos más relevantes en el proceso de producción de la rama construcción (la dificultad reside en que es necesario combinar dos clasificaciones distintas, la CNAE-93 en las TIO y la CNAE-2009 en el IPI). El resultado es que el IPI medio de los seis sectores industriales que son los  principales abastecedores de la construcción fue de 60,2 en octubre de 2011.

Sólo la elaboración de bienes de equipo y, en menor proporción, los bienes de consumo no duradero se salvan de la situación general (los de consumo duradero caen nada menos que un 9,5% en media anual). Querría resaltar aquí de modo especial al sector de bienes de equipo, que registra un crecimiento medio del 2,1% a lo largo del año, muy llamativo en el contexto de caída general.  Este sector agrupa a un conjunto amplio de empresas con una clara vocación exportadora, lo que evidentemente les ha permitido capear mejor la crisis. De hecho, los datos aparecidos la semana pasada sobre comercio exterior indican que las ventas al exterior de bienes de equipo, que  es el principal sector exportador, registraron un incremento de casi el 15% hasta octubre.

Sin duda, la evolución futura de este subsector, y del sector industrial en su conjunto, va a estar marcada por lo que pueda ocurrir en el sector exterior, máxime en un contexto en el que ya que se descuenta el empeoramiento en la evolución de la demanda interna para los próximos meses. De momento, muy feliz (aunque complicado) año.

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