Es ampliamente conocido el papel decisivo que el crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios está teniendo en la lenta recuperación de la economía española. Lo que subyace a ese resultado agregado es, por supuesto, el aumento de la actividad exportadora de las empresas, en especial de las manufactureras. En esta entrada comento con mayor detalle ese comportamiento “microeconómico”.

Con carácter general, la variación de la actividad exportadora entre dos momentos del tiempo (supongamos en un año t con respecto a un año t-1) es resultado de dos grandes componentes. Por un lado, de la variación de la actividad exportadora de las empresas que exportan en los dos momentos. Por otro lado, de la dinámica de entrada y salida de empresas en la actividad exportadora. Al primer componente se le suele denominar margen intensivo, ya que para esas empresas (que exportan ambos años) la variación del comercio viene de exportar más (o menos) en un año respecto al otro. El segundo componente, sin embargo, recoge un efecto de extensión (o contracción) de la base de empresas exportadoras, y recibe el nombre de margen extensivo. Se pueden introducir posteriores detalles en la descomposición (por ejemplo, distinguiendo la entrada a nivel de producto y/o país), aunque no lo utilizaremos aquí.

¿Cuál de los dos márgenes explica el aumento de las exportaciones en estos momentos? Sin ninguna duda, el margen intensivo. La razón, en el fondo, es muy simple: la altísima concentración de los flujos agregados de exportación en un conjunto de empresas relativamente reducido que exportan de forma continuada. Con datos de la Encuesta Sobre Estrategias Empresariales (ESEE), se infiere que el 5% de las empresas de mayor tamaño contabilizan en torno al 85% de las exportaciones agregadas. Muchas de las miles de empresas pequeñas que exportan lo hacen en cuantías reducidas, acorde con el tamaño de su producción. Además, muchas de ellas entran y salen de los mercados exteriores aprovechando circunstancias coyunturales, pero no mantienen (o no pueden mantener) una estrategia continuada de presencia en el exterior.

Sin embargo, aunque no conocemos aún su magnitud , es seguro que  junto al aumento de la intensidad exportadora por parte de las empresas que ya estaban en los mercados de exportación, se esté produciendo entrada neta de empresas en los mercados exteriores. Estas serían necesariamente empresas pequeñas y medianas, ya que las grandes (pongamos de más de 250 trabajadores) son exportadoras casi por definición.

La pregunta del millón es: ¿implica esto un aumento persistente de la base exportadora de la economía española? Naturalmente, aunque no lo podremos saber con precisión hasta que tengamos cierta perspectiva temporal, mi percepción es optimista. Para ello me baso en parte en lo ocurrido en el periodo posterior a los procesos de devaluación de la peseta entre 1992 y 1995, que espolearon un aumento del porcentaje de empresas exportadoras pequeñas y medianas (véase el gráfico abajo). El shock positivo de las devaluaciones tendió a disiparse con el tiempo debido a la pérdida acumulada de competitividad precio. Pese a ello, parece que prevaleció el efecto de cabeza de playa ya indicado en la literatura económica.

Aunque cada momento es distinto, el hecho de que el previsible (repito que no tenemos aún datos contundentes que avalen esta afirmación) aumento de las empresas exportadoras se esté produciendo sin la ayuda de un proceso de devaluación sería un buena noticia. En el artículo de El País de hoy domingo se comentan algunas de estas cuestiones (pinchar aquí). Recomiendo la lectura del Negocios de hoy, que tiene varios artículos de gran interés sobre estos asuntos. 
 

2 Comentarios

  1. A pesar de que no haya datos concluyentes parece que es lo que está sucediendo como muestra la favorable aportación del sector exterior. Y lo cierto es que es una muy buena noticia. Pero personalmente no creo que sea una tendencia a largo plazo. Ojalá lo fuera. Creo que lo será para el caso de las grandes empresas que representan el 85% de nuestras exportaciones pero no para el caso de las PYMES. A mi modo de ver este aumento de las exportaciones de las PYMES es una simple estrategia cortoplacista de supervivencia de estas empresas que ven como irremediablemente van cayendo una tras otra, y la única forma de mantenerse es mirando al exterior. Pero dudo que sea una tendencia a largo plazo. No hay más que mirar los datos de inversión empresarial en I+D en España: 0.72% frente al 1.25% de media comunitaria, o los que mejor hacen los deberes, Finlandia con 2.79% y Suecia con 2.52%. Según el Informe de Competitividad Global 2010/2011 (World Economic Forum), España ocupa el puesto 47 en inversión empresarial.

    A pesar de que ha aumentado fuertemente la inversión en I+D total en los últimos años gracias al sector público, y es algo por lo que debemos alegrarnos mucho, todavía vamos muy retrasados. ¿Cómo es posible que hasta Eslovenia y República Checa se hayan dado cuenta de lo importante que es invertir en competitividad más que nosotros? Sus niveles de I+D se encontraban en el 1.85% y 1.53% del PIB respectivamente en 2009 mientras que nosotros aún estábamos en el 1.38%

    Yo creo que todavía no estamos saboreando completamente los efectos a medio plazo de estos esfuerzos realizados en I+D en el caso español pero creo que para maximizar estos efectos las empresas tienen que implicarse más. Los productos no pueden ser competitivos en el exterior si no mejoramos nuestra calidad y productividad. Pronto la demanda interna se recuperará y las PYMES volverán a mirar al “fácil” mercado interior. Es posible también que me equivoque. Lo ideal sería que aquellas PYMES que se han aventurado a salir a los mercados exteriores descubrieran que es una excelente oportunidad y sus éxitos generasen efectos de salida sobre otras PYMES, pero creo que el efecto no será muy importante. Fundamentalmente, a mi modo de ver, este efecto dependerá de las perspectivas de recuperación y crecimiento del mercado español.

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