El próximo jueves se cumple un año del lanzamiento de ChatGPT. Me imagino que, durante este año, la mayoría de los lectores de este post habrán hecho alguna pregunta a este chat y se habrán quedado maravillados por la rapidez con la que genera un texto que, la mayoría de las veces, responde de forma satisfactoria a nuestra pregunta o petición.
La llegada de ChatGPT ha generado preocupación sobre el impacto que esta tecnología puede tener en el empleo. Un estudio reciente ha analizado esta cuestión utilizando datos de una de las plataformas de trabajo online más grandes del mundo: Upwork. En esta plataforma, una empresa o un particular pueden contratar un trabajador autónomo (freelancer) para realizar servicios como diseño gráfico, desarrollo de software, o campañas de marketing telefónico. Entre los servicios que se pueden contratar en la plataforma se encuentran también la redacción, edición y corrección de textos, justamente los servicios que son más fáciles de sustituir por ChatGPT. Por ejemplo, es usual que los académicos contraten un servicio de corrección de estilo antes de enviar un artículo a una revista académica. Ahora, esta actividad la puede realizar ChatGPT sin ningún coste.
Los autores concluyen que tras el lanzamiento de ChatGPT, el número de encargos relacionados con la redacción, edición y corrección de textos contratados en Upwork se ha reducido un 2% y los ingresos de los trabajadores autónomos que realizan estos servicios han caído un 5%. Los autores muestran, además, que la caída en el número de encargos y de ingresos se produce tanto entre los trabajadores autónomos que tenían muy buenas valoraciones en la plataforma, como entre los que no tenían tan buenas valoraciones. Es decir, la calidad no ha aislado a los trabajadores especializados en la redacción, edición y corrección de textos de los efectos negativos de ChatGPT.
El estudio muestra que ChatGPT tiene un efecto negativo sobre el empleo y el salario de los trabajadores que se pueden sustituir más fácilmente con esta tecnología. Sin embargo, este resultado no implica que ChatGPT vaya a tener necesariamente un efecto negativo sobre el empleo en general. Por una parte, el crecimiento en el uso de ChatGPT, que ya cuenta con 180 millones de usuarios, también aumenta la demanda de trabajadores con las competencias para desarrollar estas tecnologías. Además, ChatGPT generará puestos de trabajo en actividades que no podemos ni imaginar en estos momentos. Por otra parte, el ahorro en la contratación de servicios ligados a la redacción de textos aumentará la demanda de otros servicios y, como consecuencia, de los empleos ligados a los mismos.
En definitiva, es difícil saber en este momento qué impacto tendrá ChatGPT sobre el empleo en general. Esta conclusión es un tanto paradójica, ya que la gran ventaja de ChatGPT es justamente predecir qué (palabra) vendrá después.