El Catedrático de Economía Arturo Estrella del Rensselaer Polytechnic Institute en Nueva York (y antiguo economista de la Reserva Federal de Nueva York) ha propuesto desde finales de los años ochenta la utilización de la pendiente de la curva de rendimientos (o el diferencial de los tipos de interés a largo y a corto plazo de los rendimientos de los Bonos del Tesoro) como un indicador adelantado de la actividad económica real futura y, en última instancia, de la probabilidad de la recesión o expansión de la economía americana en los siguientes 12 meses.

En síntesis, en las situaciones históricas en que el diferencial entre los Bonos del Tesoro a largo plazo (a 10 años) y a corto plazo (1 año) ha aumentado se podría esperar que el crecimiento económico mejore en un horizonte cercano (de cuatro a seis semestres), y viceversa. En el terreno empírico, la curva de rendimientos ha sido de gran utilidad como indicador adelantado de las recesiones y expansiones económicas de EE.UU. desde 1953, así como de las contracciones y expansiones en las economías de otros países, especialmente Alemania, Canadá y el Reino Unido. En general, el diferencial de tipos o la curva de rendimientos es capaz de predecir con precisión recesiones o expansiones económicas en comparación con otros indicadores económicos, incluidos los principales índices tradicionales y sus componentes, y otras variables potenciales con capacidad de predicción. Indicadores tales como los precios de las acciones y los tipos de interés pueden tener una capacidad de predicción en el futuro similar a la curva de rendimiento en determinados horizontes temporales, pero ninguno es capaz de mejorar a la curva de rendimientos como un indicador estadístico adelantado de la actividad económica real.

En el primer gráfico, se muestra para el periodo 1956 a 2018, las fechas en el que apareció la curva de rendimientos invertida (negativa) y las recesiones económicas en EE.UU.

En la primera y en la segunda columnas se muestran, respectivamente, el inicio y el final de la recesión. En la cuarta y en la quinta columnas se indica, respectivamente, el comienzo de la curva de rendimientos invertida y en cuantos meses se adelanto el inicio de la recesión económica. Por ejemplo, la última recesión económica en EE.UU. comenzó en diciembre de 2007 y finalizo en junio de 2009. En este caso la curva de rendimientos se volvió negativa en junio de 2006, con un anticipo de la recesión 23 meses antes.

En el segundo gráfico (hacer clic para ver el gráfico mas grande),  se muestra la evolución temporal de las tasas de rendimientos de los Bonos del Tesoro americano de 10 años (largo plazo) y de 1 año (corto plazo) desde 1953 a 2018. El diferencial positivo entre el tipos a largo plazo y a corto plazo alcanzo su pico positivo desde el comienzo de la la recesión de 2007 en enero de 2010 (+3,38%), y desde esa fecha se ha ido reduciendo (la curva se está aplanando). De hecho, el diferencial positivo ha registrado su mínimo en diciembre de 2018 (+0,17%) por lo que se podría invertir próximamente y, en teoría, anticiparía una nueva recesión en la economía americana.

Hay que tener cuenta – cómo mostramos en el primer cuadro – que el retraso entre la inversión de la curva y una recesión varía en el tiempo. En concreto, el retraso se sitúa históricamente entre 7 y 24 meses, con un promedio de aproximadamente 14 meses. Pero la cuenta atrás podría haber empezado.

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