Este post se ha escrito con Aitor Garmendia y Raúl Mínguez

El pasado 26 de marzo, el buque portacontenedores Dalí se estrelló contra el puente Francis Scott Key de Baltimore, lo que obligó a cerrar temporalmente uno de los puertos más importante de la costa este de Estados Unidos. Esta noticia recordaba a otras disrupciones en el tráfico marítimo como la sequía en el Canal de Panamá, los ataques a buques en el Mar Rojo, o el encallamiento de un barco en el Canal de Suez en 2021.

Las disrupciones al tráfico marítimo tienen consecuencias inmediatas sobre el suministro de materiales y, en consecuencia, sobre los procesos de producción. Por ejemplo, el pasado mes de enero, algunas fábricas de Michelin en España tuvieron que parar temporalmente la producción por la falta de caucho debido al conflicto en el Mar Rojo. Estas disrupciones no pasarían de la categoría de sucesos puntuales si no se sumasen a otras de mayor calado, y de impacto global, como las provocadas por la Covid-19, la recuperación tras la pandemia, o la invasión rusa de Ucrania. Por ello, las empresas han identificado la disrupción en las cadenas de suministro como uno de los mayores riesgos a su actividad.

El pasado año publicamos un estudio analizando si las empresas españolas estaban reaccionando ante los riesgos en las cadenas de suministro (las conclusiones de dicho estudio se pueden encontrar aquí). El objetivo de este post es actualizar los indicadores que presentamos en el estudio y evaluar si se han producido cambios en la reacción de las empresas. Nuestro análisis se centra en las empresas españolas que exportan manufacturas y que importan productos intermedios para fabricarlas, es decir, en empresas que participan en cadenas globales de valor. Estas empresas pueden utilizar seis estrategias principales para reducir el riesgo de una disrupción en la cadena de suministros. La primera es aumentar el número de países, que llamaremos en adelante suministradores, de los que importan un producto. El Gráfico 1 muestra el número medio de suministradores que tiene una empresa manufacturera española por cada producto intermedio que importa. En 2022 el número medio de suministradores por producto era de 2,43. En 2023 la cifra fue casi la misma: 2,40. Por tanto, no se ha producido un aumento en la diversificación durante el último año.

Gráfico 1. Número de suministradores por empresa y producto importado

Fuente: cálculo de los autores a partir de los datos de Aduanas.

 

La segunda estrategia es repartir de forma más homogénea las importaciones entre los suministradores, para no depender en exceso de uno de ellos. El Gráfico 2 muestra el índice de concentración Herfindahl-Hirschman: un índice igual a 1 significa que todas las compras se concentran en un único suministrador, mientras que un índice cercano a cero indica que la empresa tiene muchos suministradores y que cada uno de ellos representa una parte muy pequeña de todas las importaciones. El gráfico muestra que la concentración de las importaciones aumentó entre 2022 y 2023.

Gráfico 2. Concentración de las importaciones (Índice Herfindhal-Hirschman)

Fuente: cálculo de los autores a partir de los datos de Aduanas.

La tercera y cuarta estrategia consisten en sustituir suministradores más lejanos geográfica y políticamente por suministradores más cercanos. Definimos que un país es políticamente afín a España si votó “Sí” en la Resolución ES-11/1 de la Asamblea General de la ONU de condena de la agresión contra Ucrania del 2 de marzo de 2022. Las empresas españolas no han acercado sus suministradores (Gráfico 3), ni han aumentado el porcentaje de importaciones de países políticamente afines (Gráfico 4) durante el último año.

Gráfico 3. Distancia media de un suministrador (km.)

Fuente: cálculo de los autores a partir de los datos de Aduanas.

Gráfico 4. Importaciones de países afines (% del total de importaciones)

Fuente: cálculo de los autores a partir de los datos de Aduanas.

La quinta estrategia es que las empresas sustituyan productos intermedios importados por producción doméstica. El dato de producción se publica con mayor retraso que el de importaciones. Por ello, el último dato disponible corresponde a 2022. Como muestra el Gráfico 5, tampoco observamos una reducción en el porcentaje que los productos intermedios importados suponen en la producción total.

Gráfico 5. Productos intermedios importados como porcentaje de la producción

Fuente: cálculo de los autores a partir de los datos de Aduanas y SABI.

Finalmente, la sexta estrategia es que las empresas aumenten sus stocks de bienes intermedios y finales para tener un colchón de seguridad ante potenciales disrupciones. Esta es la única estrategia que las empresas parecían haber adoptado tras la pandemia para hacer frente a las disrupciones en las cadenas de suministro. Los datos que se muestran en el Gráfico 6 confirman que esta estrategia no era pasajera, ya que las empresas españolas han seguido aumentando el stock de bienes intermedios y finales.

Gráfico 6. Stocks como porcentaje de los activos

Fuente: cálculo de los autores a partir de los datos de Aduanas y SABI.

En suma, a excepción del aumento de stocks, las empresas manufactureras españolas que participan en cadenas globales de valor siguen sin adoptar estrategias, al menos las principales, para hacer frente a las disrupciones en las cadenas de suministro. Para explicar este comportamiento debemos señalar que encontrar un suministrador que responda a las necesidades de las empresas en términos de precio, calidad y fiabilidad no es una tarea sencilla. Las empresas tienen que dedicar muchos recursos para identificar este suministrador idóneo. Además, las inversiones pasadas pueden actuar como ancla ante cualquier movimiento sustancial en la estrategia y operativa. En la medida que las empresas consideren que las disrupciones en las cadenas de suministro sigan siendo un fenómeno pasajero, serán reacias a romper la relación con sus suministradores y buscar otros. Ante una disrupción pasajera, las empresas seguirán adoptando la estrategia menos costosa: aumentar el stock de productos intermedios y finales.

 

 

 

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