El mapa que aparece abajo, realizado por el Banco Mundial, muestra mediante colores las diferencias de renta per cápita en el mundo. Los países que tienden hacia el verde oscuro tienen una renta per cápita alta y los países que tienden hacia el naranja tienen una renta per cápita baja.

mapa_wb

Una conclusión que podemos extraer de este mapa es que a medida que nos alejamos del ecuador, tanto hacia el norte como hacia el sur, aumenta la renta per cápita de los países. ¿Es ésto una casualidad? Según un reciente estudio publicado en el Review of Economic Studies, realizado por los profesores Andersen, Dalgaard y Selaya, la relación entre la pobreza y la distancia al ecuador no es casual. Estos autores muestran que los países que están más cerca del ecuador soportan un mayor índice de radiación ultravioleta, y la intensidad de esta radiación está estrechamente ligada a un menor ingreso.

¿Por qué la radiación ultravioleta tiene un efecto tan negativo sobre el desarrollo? Los autores muestran que en las zonas con una mayor intensidad de radiación ultravioleta hay más personas que sufren de cataratas. Estos casos se producen mayoritariamente entre las personas que realizan actividades cualificadas, ya que dedican más tiempo a leer y a escribir. Debido a las cataratas, la vida laboral de los trabajadores cualificados es menor en las zonas cercanas al ecuador. Por ello, las personas tienen menos incentivos para dedicarse a estas actividades, y demandan una menor formación. Y aquí reside el problema. La historia económica muestra que cuando la demanda de trabajadores cualificados crece, se reduce el número de hijos por familia. Ésto se debe a que las personas dedican más tiempo a la formación, y menos tiempo al cuidado de los hijos; y porque prefieren tener menos hijos, pero mejor formados, que tener muchos hijos. Es esta transición hacia tener menos hijos y más educados lo que genera un círculo virtuoso entre educación, avance tecnológico y riqueza: las personas más formadas generan nuevas tecnologías que nos hacen más productivos y más ricos, pero que a su vez demandan trabajadores más cualificados, lo que a su vez demanda un mayor nivel educativo y una apuesta por tener menos hijos, pero mejor formados. La intensidad de la radiación ultravioleta al reducir los incentivos para formarse frena la transición demográfica e impide a los países incorporarse al círculo virtuoso de la educación y de la innovación.

Aunque la geografía no es el único obstáculo para el desarrollo (véase por ejemplo la diferencia en riqueza entre Corea del Norte y Corea del Sur), algunos países han tenido una peor suerte en el reparto de las “cartas geográficas”. Para estos países, parafraseando a Napoleón, “la geografía sí es destino”.

 

2 Comentarios

  1. Me alucina el salto del Ecuador a la radiación solar y de ahí a las cataratas… Que no digo no estén relacionadas, pero me temo que hay más poder explicativo en el mosquito de la malaria (aka las condiciones de clima y humedad, favorables para el desarrollo de enfermedades y poblaciones vectoras) que a un menor interés por profesiones «lectoras». En cualquier caso es obvio que la geografía importa, y mucho.

Deja un comentario