Por Dolores Añón Higón y Daniel Bonvin (Universitat de València)
La transformación digital se presenta como una fuente crucial de competitividad para las empresas en los mercados internacionales. La digitalización, como herramienta fundamental, potencia los flujos comerciales al reducir los costes de búsqueda y comunicación. Las tecnologías digitales abren canales adicionales para la comercialización, permitiendo a las empresas expandir su alcance hacia una base más amplia de clientes y proveedores. Además, los avances en la digitalización pueden aprovecharse para simplificar la externalización de actividades no esenciales y respaldar la integración en cadenas de valor globales, optimizando la adquisición de insumos y la eficiente organización de la producción. Ello conlleva una mejora significativa en la productividad y refuerza la competitividad empresarial.
En un artículo previo, analizamos la influencia en las exportaciones, en concreto, de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). El estudio, utilizando datos a nivel de empresa, desvela un doble impacto. En primer lugar, las TIC influyen directamente en la decisión de exportar, al permitir acceder a un mercado más amplio a un menor coste, y, en segundo lugar, indirectamente a través de la mejora de la productividad. El estudio muestra que las empresas que aprovechan las TIC no sólo tienen una mayor propensión a exportar, sino que también intensifican sus ventas en el extranjero. Además, los resultados ponen de relieve que las ventajas derivadas de la utilización de las TIC son especialmente beneficiosas para las Pymes.
Esto sugiere un cambio de enfoque hacia las Pymes en este artículo, cuyo objetivo es analizar si la digitalización desempeña un papel fundamental a la hora de influir en las decisiones de exportación e importación de las Pymes españolas. A diferencia de estudios anteriores, la investigación reconoce la creciente relevancia de estudiar el impacto de la digitalización en las importaciones, especialmente en el contexto de tendencias globales como la externalización internacional (offshoring).
Reconociendo la complejidad inherente a la digitalización, que va más allá del uso de las TIC, construimos un índice sintético de digitalización a nivel empresarial utilizando los datos de la Encuesta sobre Estrategias Empresariales. Este índice se construye considerando la naturaleza multifacética de la digitalización y reconociendo las sinergias entre diversas tecnologías digitales. Para su construcción, se consideran varias dimensiones clave: los componentes tecnológicos, el capital humano vinculado a lo digital, el nivel de automatización y la influencia de la digitalización en la forma en que las empresas interactúan con sus grupos de interés. En total, el índice sintético recopila información detallada sobre 13 variables que ofrecen una visión completa y relevante en relación con el proceso de digitalización de las empresas españolas desde 2001 hasta 2014.
La Figura 1 ilustra la trayectoria de transformación digital de las empresas manufactureras en España desde 2001 hasta 2014, empleando el índice de digitalización. El panel izquierdo de la Figura 1 indica un notable proceso de digitalización entre las empresas españolas, caracterizado por un rápido avance a principios del siglo XXI seguido de una desaceleración atribuida al impacto de la crisis financiera de 2008. Además, el grado de digitalización muestra una variación considerable en función del tamaño de la empresa, con las Pymes mostrando niveles más bajos de digitalización en comparación con sus homólogas de mayor tamaño, tal y como indica el panel derecho de la Figura 2.
Fig. 1 La transformación digital de las empresas manufactureras españolas (2001-2014)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Encuesta sobre Estrategias Empresariales.
Nos preguntamos, por lo tanto, si la digitalización facilita el aumento de las actividades de exportación e importación de las Pymes manufactureras españolas, a pesar de tener un nivel de digitalización comparativamente inferior al de las empresas más grandes. Los resultados del estudio indican que un mayor nivel de digitalización tiene un impacto directo y positivo en las decisiones de las Pymes para participar en el comercio internacional. Una mayor digitalización se traduce en una mayor probabilidad de exportar e importar. Este impacto positivo va más allá de facilitar el acceso a un mercado más amplio, ya que el aumento de la productividad actúa como un canal indirecto que influye tanto en la decisión de importar como de exportar. El estudio también muestra que no todas las tecnologías digitales tienen el mismo efecto. En contraste con las TIC, las tecnologías de automatización, como los robots, solo influyen a través del canal de la productividad.
En este contexto, los pequeños y medianos empresarios deberían tomar nota de las implicaciones del estudio. La inversión en transformación digital no solo puede mejorar la probabilidad de que sus empresas operen en mercados extranjeros, sino que también puede racionalizar las operaciones, fomentando la eficiencia e integración de las pymes en las cadenas de valor globales. Además, es probable que los costes asociados con la integración de las tecnologías digitales sean inferiores en comparación con otras estrategias de fomento del comercio, como las actividades de I+D. Desde una perspectiva política, el estudio sugiere la necesidad de incentivar a las Pymes a adoptar y utilizar eficientemente las tecnologías digitales. Las recomendaciones incluyen brindar apoyo a la infraestructura digital y ofrecer incentivos como subvenciones, exenciones fiscales o cursos de formación para promover la adopción generalizada de tecnologías digitales.