Según el Ranking Nacional de Empresas Exportadoras publicado por CESCE, Repsol Petróleo S.A. fue la principal empresa exportadora española por facturación en 2021. Sin embargo, una parte importante de las exportaciones de Repsol no se produjeron en España. Repsol utiliza petróleo crudo importado para producir los derivados del petróleo que luego exporta. Por tanto, el valor de las exportaciones que Repsol realiza desde España es la suma de las importaciones de petróleo y del valor que se ha añadido en España (por ejemplo, en una refinería) al transformar el crudo en nuevos productos. Es esta segunda parte, el valor añadido, lo que realmente se ha producido en España.

El caso de Repsol es un ejemplo de la diferencia que existen entre el valor bruto de las exportaciones y el valor de las exportaciones que realmente se han producido en un país, que denominamos valor añadido de las exportaciones. Esta diferencia es relevante. Por ejemplo, el impacto que una caída de las exportaciones brutas tiene sobre el empleo será mayor cuanto mayor sea el valor añadido de las exportaciones. Por otra parte, las exportaciones de un país serán más vulnerables a problemas en las cadenas globales de suministro cuanto mayor sea la diferencia entre las exportaciones brutas y el valor añadido de las exportaciones.

Es fácil conocer cuál es la cifra de exportaciones brutas de un país, ya que es una partida esencial de las cuentas nacionales. Sin embargo, el valor añadido de las exportaciones no es fácil de obtener, ya que para su cálculo debemos conocer el valor de los inputs intermedios importados que se utilizan en las exportaciones. Hace más de 20 años, la profesora Gloria Rubert y yo, realizamos un primer cálculo del valor añadido de las exportaciones a partir de las tablas input-output españolas. Nuestra conclusión fue que los productos intermedios importados representaban el 26% de las exportaciones brutas españolas en 1994. Por tanto, el valor añadido representaba el 74% del valor bruto de las exportaciones españolas.

La aparición de las tablas input-output internacionales ha permitido enriquecer y mejorar este cálculo. Estas tablas permiten saber no solamente qué productos intermedios importados utiliza España en sus exportaciones, sino también su origen. Asimismo, las nuevas tablas permiten determinar si las exportaciones españolas se utilizan como productos intermedios por otros países en la fabricación de sus exportaciones. Leticia Blázquez, Carmen Díaz, Belén González y Rosario Gandoy de la Universidad de Castilla la Mancha y Marta Solaz de la Universidad de Valencia han explotado las nuevas tablas input-output internacionales para medir el valor añadido de las exportaciones españolas. Estos trabajos concluyen que entre el 70% y el 75% del valor de las exportaciones brutas españolas se ha añadido en España.

Recientemente, Enrique Feás, investigador principal del Real Instituto Elcano, y experto en la contabilidad del valor añadido de las exportaciones, ha desarrollado una herramienta en lenguaje R, denominada exvatools, que permite calcular de forma muy sencilla el valor añadido de las exportaciones españolas, y de cualquier otro país incluido en las tablas input-output internacionales. Utilizando las últimas tablas publicadas por la OCDE, he utilizado la herramienta exvatools para calcular el valor añadido de las exportaciones españolas en 2020. Los resultados son que de los 347.000 millones de euros de bienes y servicios que exportó España en 2020, 263.608 millones se habían añadido en España. Es decir, las exportaciones de valor añadido representaban el 76% de las exportaciones brutas españolas. Una de las opciones que ofrece la herramienta es determinar desde qué países obtenemos los productos intermedios que utilizamos en nuestras exportaciones. El ranking, de mayor a menor, está liderado por Alemania, seguido por Francia, China y Estados Unidos.

La herramienta desarrollada por Enrique Feás facilita enormemente el cálculo del valor añadido de las exportaciones, lo cual va a permitir analizar mejor el impacto que pueden tener las decisiones económicas (por ejemplo, la firma de un nuevo acuerdo comercial) o conflictos geopolíticos (por ejemplo, los problemas de suministro debido a los ataques a buques en el Mar Rojo) sobre las exportaciones españolas.

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