Por Joan Costa-Font (London School of Economics and Political Science, CESIfo & IZA Bonn), y Cristina Vilaplana-Prieto (Universidad de Murcia).

 

Los programas de dependencia, que proporcionan apoyo a las personas mayores en situación de dependencia, son una preocupación de política económica de vanguardia en muchos países europeos. La oferta limitada de cuidados tradicionales (informales) (y el aumento de la participación femenina en el mercado laboral están incrementando la demanda de servicios formales de cuidados de larga duración. Esto último incluye un aumento de la demanda de servicios de atención domiciliaria y diurna, junto con la atención en residencias de ancianos.  Sin embargo, ¿cómo repercute la reducción de la oferta de cuidados informales, debido fundamentalmente al aumento de la participación femenina en el mercado laboral de los cuidadores tradicionales (mujeres mayores de 40 años) , en la demanda y, sobre todo, en el gasto en cuidados de larga duración? Un mayor uso del gasto en cuidados de larga duración podría “aliviar” el gasto sanitario público y privado, lo que los economistas definen como un efecto indirecto del gasto. Por lo tanto, ¿la expansión de los programas de cuidados de larga duración ejerce efectos indirectos sobre el gasto sanitario?

En este trabajo que han publicado los autores se examina la variación entre países de los determinantes dinámicos del gasto en dependencia (y sus componentes sociales y sanitarios), y que estudia los efectos indirectos sobre el gasto sanitario, así como sus diferentes categorías de gasto (como el gasto ambulatorio, en hospitalización y en medicamentos).  La disponibilidad de datos de series temporales transnacionales para 27 países de la OCDE ofrece la posibilidad de estudiar la expansión del gasto en dependencia.

La identificación de los efectos de los impulsores del gasto en dependencia, como la participación en el mercado laboral de los cuidadores tradicionales (mujeres mayores de 40 años), y sus efectos indirectos en el gasto sanitario se enfrenta a varios retos metodológicos, como la causalidad inversa potencial y el sesgo de variables omitidas, así como la correlación temporal y transversal, y es necesario modelizar estos efectos dinámicos. En comparación con la modelización convencional de series temporales, el modelo panel-VAR tiene en cuenta la heterogeneidad de la dinámica transversal, lo que proporciona más información sobre las fuentes de heterogeneidad del sistema.

El panel-VAR explota la dimensión temporal y transversal de los datos para poder inferir relaciones dinámicas entre las variables dependientes, lo que permite tratar todas las covariables como totalmente endógenas y, al mismo tiempo, modelizar la heterogeneidad inobservable mediante efectos fijos (que dan cuenta de las características invariantes en el tiempo intrínsecas a cada país), lo que redunda en una mejora de la coherencia de la estimación.

El supuesto subyacente es que la participación laboral femenina aumenta el gasto en dependencia (a través de un mayor uso de la asistencia formal), lo que a su vez expande el PIB per capita. Sin embargo, estos efectos pueden variar de un país a otro. En nuestros datos podemos diferenciar entre los países del sur de Europa con fuertes lazos familiares (España, Grecia, Italia, Portugal) y los países del norte de Europa con lazos familiares más débiles (Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia). La relación directa entre el gasto en dependencia y el PIB per capita es el resultado de la combinación de servicios comunitarios, atención residencial y apoyo a los cuidadores informales (por ejemplo, servicios de respiro), que pueden constituir una importante fuente de empleo y, en consecuencia, de crecimiento económico en los próximos años.

La Figura 1 muestra una asociación lineal entre el PIB per cápita y el gasto en dependencia, con un efecto de aplanamiento explicado por dos países atípicos, Luxemburgo y Noruega. Esta evidencia es coherente con la hipótesis de que la CLP es un bien normal, y su inversión aumenta con el desarrollo económico de un país. La Figura 2 muestra que, de acuerdo con las expectativas, la participación de la mujer en el mercado laboral ejerce un efecto pronunciado sobre el gasto en asistencia sanitaria.

 

Figura 1. Relación entre gasto per capita en CLP y PIB per capita (precios constantes, $PPA, año base 2010)Relación gasto per capita en CLP y PIBpc

El gasto en dependencia per cápita es la suma del gasto social y sanitario en dependencia per cápita. La línea azul corresponde a la predicción del gasto total en dependencia per cápita y las líneas grises corresponden a los intervalos de confianza con un nivel de significación del 95%. Trabajo propio con datos de OECD Stats.

Figura 2. Relación entre gasto per capita en CLP y participación laboral femenina (precios constantes, $PPA, año base 2010)Relación entre gasto per capita en CLP y participación laboral femenina

El gasto en dependencia per cápita es la suma del gasto social y sanitario en dependencia per cápita. La línea azul corresponde a la predicción del gasto total en dependencia per cápita y las líneas grises corresponden a los intervalos de confianza con un nivel de significación del 95%. Trabajo propio con datos de OECD Stats.

Nuestros resultados revelan que un aumento del 1% en el gasto en CLP durante un periodo da lugar a una reducción del 0,6% en gasto sanitario en el periodo siguiente. La reducción para el grupo de países nórdicos europeos es casi tres veces superior a la media (1,78%). En cambio, se estima que el efecto es ligeramente menor, un 0,55% entre el grupo de países del sur de Europa. Estos resultados ilustran el efecto de la ampliación de la participación femenina en el mercado laboral de las mujeres mayores de 40 años (que repercute en la oferta de cuidados de las cuidadoras tradicionales) sobre los gastos en dependencia.

En consonancia con los efectos productivos de una economía de los cuidados, en los países de la OCDE analizados documentamos que un aumento del 1% en el gasto total en dependencia aumenta el PIB per capita en un 0,20% en el siguiente periodo, pero reduce el gasto sanitario en un 0,6% en dicho periodo (debido principalmente a la reducción del gasto en medicamentos en un 0,86% y del gasto en hospitalización en un 0,50%). Este aumento se debe principalmente al componente sanitario del gasto en dependencia en todos los países y en los países del Norte, y al gasto social en dependencia en los países del Sur. Por el contrario, un aumento del 1% en el gasto sanitario no afecta al PIB pc en el siguiente periodo para el total de la muestra. Todo ello nos lleva a confirmar la importancia del gasto en dependencia no sólo para las personas afectadas, sino sobre la economía en general y la participación laboral femenina y seguir profundizando en el conocimiento de sus efectos.

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