Por Pilar Beneito, María E. Rochina-Barrachina y Amparo Sanchis (Universidad de Valencia y ERI-CES).
¿Cómo se valora la calidad de las patentes registradas por equipos de investigación compuestos mayoritariamente por mujeres, frente a los equipos compuestos por hombres? ¿Existe sesgo de género en la evaluación de la calidad de las patentes registradas por mujeres investigadoras? Este estudio aporta evidencia robusta que da respuesta a estas cuestiones.
La inversión en I+D de las empresas está sujeta a imperfecciones del mercado porque la información sobre el rendimiento potencial de la inversión se distribuye de forma asimétrica entre la empresa y los agentes externos. Esta asimetría de información dificulta que los agentes externos evalúen la calidad de las empresas innovadoras y, en particular, la calidad de sus departamentos de I+D. Aunque las empresas utilizan las patentes fundamentalmente para hacer frente al riesgo de imitación de sus productos por parte de sus competidores, también las pueden hacer valer para señalizar la calidad de la investigación realizada por su departamento de I+D, sobre todo en procesos de evaluación externa bajo situaciones de información asimétrica.
Dos contextos importantes en los que las empresas innovadoras necesitan señalizar la calidad de sus departamentos de I+D surgen cuando solicitan financiación externa para sus proyectos de innovación o cuando buscan colaboración con otras empresas. En un artículo publicado recientemente por las autoras, nos centramos en estos dos casos y analizamos si los agentes externos a las empresas consideran igualmente valiosas las patentes registradas por equipos de I+D compuestos mayoritariamente por hombres y las patentes registradas por equipos de mujeres, después de controlar una serie de características de las empresas, del mercado y eliminando la posibilidad de que sea una diferencia en la calidad de las patentes de los equipos de mujeres frente a hombres lo que conduzca a los resultados. En otras palabras, el objetivo de este trabajo es analizar la posibilidad de una evaluación sesgada por género por parte de los agentes externos que evalúan la calidad del equipo de I+D de la empresa.
Esta cuestión es importante ya que la existencia de tal sesgo de género sería coherente con la presencia de estereotipos en contra de la calidad de las patentes obtenidas por las mujeres investigadoras, lo que supondría obstáculos adicionales a los que ya encuentran las mujeres en áreas de tan alto valor para la sociedad como la industria y la ciencia. Hasta donde sabemos, esto constituye una contribución completamente nueva a la literatura, ya que, aunque el papel de las patentes como señales de calidad ha sido bien documentado previamente, ningún estudio hasta el momento ha abordado si el efecto de señalización para agentes externos de las patentes puede diferir según el género.
Para ello, utilizamos una muestra representativa de empresas innovadoras españolas procedentes del Panel de Innovación Tecnológica (PITEC) correspondiente al período 2005-2014. La base de datos PITEC, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) de España, proporciona información de alta calidad sobre innovación en empresas españolas, con una amplia cobertura sectorial, regional y temporal, lo que permite realizar análisis detallados sobre I+D e innovación. Aprovechando la riqueza de esta fuente de datos, que incluye información sobre el género de los investigadores e investigadoras en los equipos de I+D de las empresas, analizamos en qué medida los equipos mayoritariamente femeninos enfrentan mayores dificultades que sus homólogos masculinos a la hora de buscar financiación y/o socios de colaboración para la innovación en forma de discriminación injustificada. La muestra analizada consta de 38.645 observaciones, de las cuales 5.990 (15,5%) corresponden a empresas con departamentos de I+D compuestos mayoritariamente por mujeres, mientras que las restantes 32.655 observaciones (84,5%) corresponden a empresas con departamentos de I+D mayoritariamente masculinos.
Nuestra estrategia empírica consiste en aplicar a estos datos la conocida descomposición de Oaxaca-Blinder. Esta metodología se ha aplicado tradicionalmente para dividir la brecha salarial en un componente explicado por diferencias en características que varían según el género, y un componente no explicado. Este último se toma como una estimación de la desigual salarial entre individuos con características iguales pero diferente género, y se interpreta como características no observadas, generalmente discriminación, que afectan al salario. En nuestro caso, realizamos la descomposición del efecto observado e inobservado de las patentes en el caso de dos conjuntos de variables dependientes diferentes. Primero, aplicamos este método para explicar cómo las patentes afectan a la probabilidad de que las empresas consigan acceso a financiación externa y encuentren socios para sus procesos de innovación. Es decir, se trata de analizar la contribución (observada e inobservada) de las patentes en dos procesos donde las empresas están sujetas al escrutinio externo de la calidad de su innovación.
En segundo lugar, descomponemos el efecto que tienen las patentes en una serie de variables de resultados empresariales que no dependen de la evaluación de la calidad de su departamento de I+D por agentes externos y en las que, por tanto, no se produce la asimetría de información a la que nos referíamos al principio de esta entrada. Es por ello que, en este segundo conjunto de variables (en concreto, ventas por nuevos productos, productividad del trabajo y salarios de los investigadores) no esperamos que las patentes puedan estar sujetas a ningún tipo de valoración específica y, por lo tanto, la descomposición de Oaxaca no debería mostrar efectos inobservados en este caso. En otras palabras, el análisis con este segundo grupo de variables nos sirve para implementar una estrategia de falsificación o de prueba placebo. Nótese que diferencias en calidad de las patentes de equipos de investigadoras frente a los de investigadores podrían traducirse en diferencias ‘no observadas’; si así fuese, sin embargo, dichas diferencias aparecerían también en el caso de variables como las ventas o la productividad.
Nuestros resultados muestran que las patentes de los equipos de mujeres investigadoras tienen un efecto negativo no-explicado en el acceso a financiación externa y a la colaboración con otros socios en I+D. Es decir, las patentes ayudan a los equipos de I+D compuestos por mujeres a obtener financiación externa y socios de colaboración en menor medida que los equipos de I+D compuestos por hombres. La posibilidad de que estos resultados se deban a la diferente calidad de las patentes entre hombres y mujeres investigadoras puede descartarse debido a que este efecto negativo de las patentes no se observa con relación a los resultados de la empresa que no están sujetos a escrutinio externo. Nuestro trabajo sugiere por tanto la presencia de estereotipos que perjudican a las mujeres investigadoras.
El hecho de que los departamentos de I+D compuestos mayoritariamente por mujeres sufran un sesgo en la valoración de sus patentes tiene varias implicaciones relevantes. En primer lugar, dado el papel clave de la financiación externa y la colaboración en el éxito de la innovación y la supervivencia empresarial, nuestros resultados sugieren obstáculos adicionales para las empresas cuyos proyectos de I+D están liderados por mujeres. Estos resultados son consistentes con otros trabajos que han documentado los mayores obstáculos a los que se enfrentan las mujeres emprendedoras a la hora de obtener financiación para sus proyectos empresariales. Asimismo, sugieren que los estereotipos negativos y la discriminación siguen afectando a las mujeres investigadoras, lo que exige un cambio cultural en la percepción de su trabajo, no solo en el ámbito empresarial, sino también en la ciencia y la innovación.
En segundo lugar, los sesgos de género desfavorables a las mujeres investigadoras operan en última instancia en detrimento del cambio tecnológico y el crecimiento económico y exigen políticas destinadas a promover la paridad de género en la investigación y la ciencia. Las acciones de política podrían incluir el diseño de instrumentos para facilitar el acceso a recursos financieros de aquellas empresas con departamentos de I+D compuestos por mujeres investigadoras, así como la promoción de organizaciones públicas que podrían actuar como intermediarios para brindar oportunidades de colaboración en investigación para las mujeres investigadoras. Aumentar la conciencia sobre estos sesgos de género en la ciencia y en la investigación puede ayudar a señalar y combatir los estereotipos y la discriminación.
Esperamos que los resultados de nuestro trabajo puedan contribuir a visibilizar y corregir la desigualdad de género en el ámbito científico, especialmente en los departamentos de I+D de las empresas.