He tenido la suerte de estar en primera fila: la invitación a participar en el Seminario Internacional “América Latina: oportunidades y desafíos”, convocado por la Fundación Internacional para la Libertad y celebrado en los últimos días del pasado mes de marzo en la prestigiosa Universidad de Lima, me ha permitido vivir en la capital peruana dos semanas con marcado interés en el ámbito económico y en el cultural.

Los primeros ponentes en el Seminario fueron los expresidentes Piñera y Calderón, y ambos subrayaron el buen rodaje inicial de la Alianza del Pacífico, creada justo hace tres años (en abril de 2011). Constituida por México, Colombia, Perú y Chile como gran plataforma estratégica de libre comercio, puede acabar siendo bastante más que eso y cambiar el mapa de Latinoamérica. Reúne a las cuatro economías de tamaño medio o grande más exitosas en este momento de la región, las de mayor crecimiento y menor inflación, las más competitivas y extrovertidas: sumando un tercio de la población total, absorben casi la mitad de la inversión extranjera y un 53 por ciento del comercio internacional de América Latina. Toda una potencia a escala global: en conjunto, esos cuatro países equivalen hoy a la octava economía del mundo por PIB y a la séptima por exportaciones. Los firmes pasos dados en estos tres primeros años son, desde luego, más que prometedores: ya se han eliminado los aranceles para la inmensa mayoría (90 por ciento) de los productos y los visados para empresarios e inversores, se han sentado las bases para la integración de las Bolsas de valores e incluso se empiezan a proyectar sedes diplomáticas comunes. Sin duda, el rostro más esperanzador del Iberoamérica: apuesta por la democracia y el mercado, estabilidad institucional, programas sociales ambiciosos, apertura exterior (en contraste, por cierto, con tantos frustrantes proyectos de ensimismamiento, como MERCOSUR y ALBA).

El Perú actual es un buen escaparate de todo ello. Tres lustros de progreso económico y de reducción de la pobreza, de estabilidad democrática y continuidad en prudentes políticas económicas han dotado de dinamismo y creatividad a sectores muy amplios de la sociedad, al tiempo que se impulsa la modernización de infraestructuras, con la presencia previsible, en este caso, de las grandes firmas españolas internacionalizadas: la citada reunión académica ha coincidido con la adjudicación a ACS y FCC del “megacontrato” (4.000 millones de euros) para la construcción de la Línea 2 del Metro de Lima (apenas unos días antes, por cierto, de la inauguración del primer metro de Centroamérica, en Panamá, obra también liderada por FCC).

Otra coincidencia, además, ha servido para darle especial pulso al ambiente cultural limeño durante la semana final de marzo: la primera Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, concebida como incitación a la escritura y la lectura, convirtiendo Lima en la capital de las letras iberoamericanas: 324 novelas presentadas, casi un centenar de conocidos escritores de una veintena de países, más de diez mesas redondas y actos culturales en colaboración con universidades, museos y teatros nacionales. Un estimulante festín literario… en español.

Haremos bien si seguimos con atención esa pujante realidad.

1 Comentario

  1. Así que Perú, junto a Chile, México y Colombia son la esperanza en Latinoamerica… ¿esperanza para quién? ¿para las grandes empresas extranjeras? ¿para las multinacionales? Seguro que los indicadores de desigualdad deben ser esperanzadorísimos en estos paises, segurísimo, claro que sí…

    Porque para la persona, el ciudadano de a pie, el ser humano (que habita aquellos lares), la Alianza del Pacífico implica cualquier cosa menos esperanza. Ya veremos si Mercosur hace algo por ellos, el cual es en realidad el motivo de ser de la Alianza del Pacífico, como contrapeso (algo bien habrán hecho en Mercosur, deduzco, para merecer ese honor).

    La verdad es que de Ollanta esperaba otra cosa, pues aunque no tenía muchas referencias sobre él, estuve per allí en pleno período electoral, antes de que saliera elegido, y me daba otra impresión a pie de calle.

    Por cierto, ¿»Fundación Internacional para la Libertad»? ¿La «libertad» de mercado (o la esclavitud del ciudadano, porque vamos…)? Cómo desgastan el término (y su concepto) los amigos liberales… Además es un abusar desquiciante a estas alturas, a la par que aburrido. O más bien, cansino.

    Piñeira, Calderón. Hasta Vargas Llosa es del mismo palo, han entrado todos en el mismo artículo, mira qué bien…

    Ah, por cierto, el análisis de la situación económica española del momento en la edición 2008 de Lecciones de Economía Española, un optimismo, un acierto… faltó brindar con cava (justo antes de que lo embargaran, claro).

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