Desde hace más una década existe un intenso debate en EE.UU. y en Europa sobre los efectos negativos que sobre la ocupación ha tenido el fenómeno de la globalización económica y, más concretamente, la deslocalización  (off-shoring) de las empresas de los países avanzados. En esta entrada del Blog presentamos algunas cifras para los EE.UU. que pueden sugerir que este mecanismo no ha jugado el papel tan negativo en la destrucción del empleo que algunos analistas sugieren.

Las cifras provienen de la base de datos que sobre las empresas multinacionales norteamericanas elabora el Bureau of Economic Analysis, institución dependiente del Departamento de Comercio de los EE.UU. Estos datos están disponibles para el periodo 1999-2008.

En el primer cuadro (haciendo clic en el mismo se puede ver ampliado) se presentan las cifras de creación de empleo (total y por ramas de la industria) de las empresas multinacionales de EE.UU. en el interior y el exterior del país en el conjunto del periodo 1999-2008 (las cifras de los cuadros se presentan en miles).

Las empresas multinacionales de EE.UU. han destruido 1.903.000 empleos en el país mientras que el mismo periodo han creado 2.358.000 empleos en el exterior. Por ramas de actividad, es la industria manufacturera las que más ha destruido empleo en EE.UU. (1.938.000 puestos de trabajo) aunque solamente han creado 242.800 empleos en otros países. Por lo tanto, la creación de empleo en el exterior sólo representaría el 12,5 % del total de las pérdidas de empleo de la industria manufacturera norteamericana. Debemos suponer que la diferencia ha sido impulsada por el aumento de la productividad y por la introducción de nuevas tecnologías en EE.UU.

Después de la industria manufacturera destaca por pérdidas de empleo domésticos la industria de Finanzas y Seguros (330.500 pérdidas de empleo), aunque en este caso también se destruyeron puestos de trabajo en en extranjero (13.400 pérdidas de empleo). A continuación se sitúan la industria relacionada con prestación de servicios públicos o utilities (170.600 pérdidas de empleos) y la industria relacionada con la sociedad de la información (100.700 pérdidas de empleo), aunque el comportamiento en el exterior es cualitativamente diferente, ya que se registra en el primer caso una pérdida de empleos (-41.100), mientras que en el segundo caso se registra  una creación de empleos (+65.500).

Finalmente, la rama industrial en la que más se ha generado puestos de trabajo en el exterior es la que engloba la categoría de «Otros Servicios» (veáse el desglose en el segundo cuadro adjunto). En este caso, se han generado 1.625.000 puestos de trabajo en el exterior (el 68,9% del total de empleos creados fuera de EE.UU.) mientras que se han generado 234.200 empleos en EE.UU.

En este caso, tres industrias acaparan el 89% de la creación de puestos de trabajo en el exterior: i) comercio al por menor; ii) servicios a empresas; y iii) sector hotelero y de restauración (comida y bebidas).

De las cifras presentadas merece la pena destacar una interesante conclusión: la globalización económica no ha tenido efectos tan negativos en el empleo de los EE.UU. en el periodo 1999-2008. La mayoría de los puestos de trabajo en el exterior no han sido creados en el sector manufacturero, es decir, la deslocalización no ha sido propiciada para producir productos más baratos para luego ser vendidos en EE.UU. Al contrario, el principal motivo de las empresas multinacionales norteamericanas ha sido aumentar su negocio internacional en el sector de prestación de servicios, rama en el que también han sido capaces de crear puestos de trabajo en EE.UU.

3 Comentarios

  1. En este mundo globalizado en el que nos movemos, las desigualdades sociales caminan desbocadas, incapaces de ponerles freno, simple y llanamente porque
    no sabemos. Da la sensación que al monopolio de unos pocos, ENROCADOS, les
    moleste todo aquello que puede y va a solucionar las exigencias de muchos, abiertos a todo aquello que significa alinearse con el progreso, que sólo puede y va a venir de la mano de las nuevas tecnologías. Parece mentira que habiendo como hay multitud de transacciones que gozan de impunidad fiscal, cuando se sabe de su actuación al margen de la obligatoriedad tributaria que las regula,
    vayan precisamente a desviar la atención hacia una nueva NECESIDAD que nace
    perfectamente regulada, residualmente no contemplada, y cuya aportación no es
    producto de ninguna arbitrariedad interesada, sino de las bondades y eficaces
    soluciones que aporta a la realidad que la evolución y desarrollo de la humanidad
    requiere.
    Lanzar una alarada de esta gravedad, entiendo que de forma tan poco rigurosa,
    no es producto de la casualidad, sino de intereses espureos que siguen al lado de
    quienes de forma sistemática auspician negocios y actuaciones, y se sabe, al margen de sus obligaciones impositivas, incluso a veces, con una opacidad que
    levanta sospechas, por lo claridad en su ejecución, y su impunidad a la hora de
    ser tratadas.
    Tiene especial mérito mi humilde opinión, ya que he sido persona poco preparada,
    espero que hasta hoy, en economía digital, pero en cualquier caso, no se puede
    confundir el desconocimiento, con la obligatoriedad de RECONOCER lo que es,
    no solo bueno, sino IMPRESCINDIBLE como herramienta de la sociedad evolutiva, exigente y marcadamente competitiva.

  2. «Tiene especial mérito mi humilde opinión, ya que he sido persona poco preparada,
    espero que hasta hoy, en economía digital, pero en cualquier caso, no se puede
    confundir el desconocimiento, con la obligatoriedad de RECONOCER lo que es,
    no solo bueno, sino IMPRESCINDIBLE como herramienta de la sociedad evolutiva, exigente y marcadamente competitiva.»

    Genioo

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