Hace unos días que dieron comienzo los Mundiales de fútbol. Es un acontecimiento que, con razón, eclipsa cualquier otro evento político, económico, social o cultural. A mí me gustan; parece que gana el mejor. Es también conocido – ha sido noticia destacada – que España, la actual campeona, sucumbió ante el Holandés por cinco a uno,lo que sorprendió a propios y extraños.
Hace un tiempo, un querido compañero del Departamento e ilustre de ALDE, un tal Andrés J Picazo, me explicó algo muy curioso. Se había publicado un artículo con base en la liga inglesa en el que se afirmaba que el rojo era el color de la victoria, daba ánimos e infundía respeto. Cuando se hacía la réplica para el caso de la liga española, artículo del referido Picazo junto con otros queridos compañeros, el color del triunfo era el blanco. Todo ello llevaba a concluir que lo del color de la camiseta era una solemne tontería.
Sí y no. El aspecto psicológico es importante. De hecho, a la selección española se le llama “La Roja”. Cuando salieron al campo vestidos de esa guisa, con equipamiento blanco, pensé: “ya está… nos apalizan”. Incluso cuando en los comienzos todo iba bien, seguía pensando lo mismo. A mí me pasó, y a ellos… Se miraban unos a otros y no se reconocían como los campeones. No me extraña, no era ese su aspecto. Pero lo que es más importante: el rival tampoco los reconoció como a los campeones. No daban miedo. No eran “La Roja”, eran “La Blanca”. Y “La Blanca” no es nadie.
Quizás todo esto sea también una tontería, pero los que llevamos vistos unos cuantos cientos o miles de partidos sabemos reconocer cuando el cúmulo de desatinos individuales y colectivos está muy lejos de ser normal, más aún en unos profesionales tan experimentados. El factor psicológico es una variable que ha de ser tenida en cuenta.
Que no se me entienda mal, los “Fundamentales” son lo más relevante. Es muy evidente. Si a la Junta Directiva de ALDE se nos viste con el equipamiento de la selección española, no recibimos cinco sino quinientos. Pero no es menos cierto que las expectativas juegan un gran papel en el corto plazo, en todo. Si no, miremos la Bolsa. Las acciones de ciertas entidades bancarias valen hoy un 60%, un 70% o un 100% más que hace tan solo unos meses. Las cosas están mejorando… pero no tanto. O bien antes no estaban tan mal.
Volviendo a lo que nos ocupa. Lo de defender “los colores” no es baladí, sean estos cuales sean. ¿Alguien se imagina a un Brasil campeón vistiendo de blanco en lugar de amarillo? Yo no.
Bueno pues siguiendo con este tipo de temas ligeros, hay otra forma de analizarlo y que ha provocado una cierta agria polémica ente Pol Antras y Xala-i-Marti: hay correlación entre PIB y los que estan ganando en el mundial?