Científicos e investigadores alzan su voz, desde hace meses, contra los recortes en el gasto público en investigación, señalando que esta reducción acabará poniendo en cuestión las bases de la competitividad futura de la economía española.
Los recortes que se han producido en los presupuestos de 2010 y 2011 han supuesto una reducción del gasto en I+D del -5,5 y del -7 por 100, respectivamente. Como el gasto público en I+D representa en España algo más del 50 por 100 del gasto total, los recortes pueden acabar teniendo consecuencias significativas sobre el comportamiento de los gastos totales en innovación.
¿Qué evidencia hay sobre el impacto de estos recortes? ¿Cómo está respondiendo la actividad innovadora ante la intensa crisis por la que atraviesa la economía española? Hay que comenzar diciendo que la fuente de referencia, la Encuesta de innovación tecnológica, se publica con mayor desfase temporal que otras estadísticas. En este momento se dispone sólo de información hasta el año 2009 (ver aquí). Hasta los meses finales de 2011 no se conocerá el dato de 2010. En segundo lugar, el concepto de gasto en innovación tecnológica es algo más amplio que el concepto de gasto en I+D, al añadir los gastos en formación vinculados con la innovación o la inversión en equipos usados para introducir innovaciones, entre otros conceptos.
El gráfico resume la evolución de la intensidad innovadora en España desde el año 2005 hasta 2009 en dos colectivos: la población de empresas grandes (con 200 o más trabajadores) y las empresas con actividad innovadora regular que tienen más de 10 trabajadores. La información esta elaborada a partir del Panel de Innovación Tecnológica (PITEC) (ver aquí) y será publicada en las próximas semanas en el Informe anual de COTEC sobre Tecnología e Innovación en España (ver aquí)
La intensidad de los gastos en innovación se ha mantenido muy estable en los últimos años. En 2009, un año en el que el PIB ha disminuido el 3,7 por 100, la intensidad innovadora de las empresas ha aumentado ligeramente. En términos absolutos los gastos en innovación se han reducido, en torno al 4,5 por 100 en las empresas con actividad innovadora, pero la reducción ha sido menor que la caída de las ventas. Como una parte del gasto en innovación es fija y además tiene carácter hundido fluctúa menos que la producción. Por esta razón cabe esperar una cierta estabilidad de la intensidad innovadora de la economía española en los dos próximos años. En 2009 el sector empresarial redujo su gasto en I+D el 6,3 por 100 y el sector público lo aumentó el 5,8 por 100. Ya sabemos que en 2010 y 2011 el sector público ha recortado sus gastos, le corresponde al sector privado mantener el esfuerzo innovador. Pronto confirmaremos si es así.