He aquí el rostro más estimulante de nuestra economía: la apuesta empresarial por la internacionalización. Si se repasa detenidamente el cuidado ranking de las 100 mayores empresas de España por facturación en 2010 ofrecido por la revista INVERSIÓN la semana pasada, ése es el mensaje que se obtiene. La diversificación de los ingresos por distintos países y áreas económicas del mundo compensa, en general, los menores volúmenes de negocio fronteras españolas adentro, y la actividad internacional explica, en la mayor parte de los casos, el incremento de facturación cuando éste se ha conseguido a lo largo del ejercicio.
Dos libros muy recientes abundan en este tema: el de Ramón Casilda, “Multinacionales españolas en un mundo global y multipolar” (Esic) y el de Mauro F. Guillén y Esteban García-Canal, “Las nuevas multinacionales. Las empresas españolas en el mundo” (Ariel). Los autores de éste último aportan un enfoque sugerente, al incluir el análisis de las firmas españolas entre las que pueden considerarse “nuevas” en ese menester, dado que el panorama competitivo global está crecientemente poblado por empresas multinacionales cuya matriz no se encuentra en los países más avanzados. La investigación detalla estrategias de acceso al mercado global y a la tecnología, tanto en manufacturas como en servicios. Los datos referidos a nuestras compañías impresionan: considerando los grupos de empresas como unidad de análisis, el número de firmas con presencia estable en el exterior se sitúa en torno a 2.500, con una buena representación —junto a las grandes energéticas, financieras, de telecomunicación, de infraestructuras y de distribución— de empresas relativamente pequeñas ubicadas en los sectores de alimentación, de equipos de transportes, electrónico, metal, químico y de maquinaria, con presencia significativa también de empresas de seguridad, textiles y farmacéuticas.
He aquí —digámoslo otra vez— el rostro más esperanzador de la economía española, que cada día añade expresiones de vitalidad. Los ejemplos se suceden, sin ir más allá de unas pocas semanas: Inditex, después de conseguir el liderato mundial de la moda por número de tiendas y por ventas, lo es desde el final de junio también por valor en Bolsa; Acerinox, 5ª productor mundial de acero inoxidable, amplia su producción con la apertura de una nueva planta en Malasia; ACS, al tiempo que culmina el control del voto en la alemana Hotchief, echa raíces en Estados Unidos, ganando un megaproyecto en California; Gestamp consigue que Renault le adjudique el mayor proyecto fotovoltaico de Francia; la adquisición de la estadounidense Talecris convierte a Grifols en la tercera empresa mundial en el sector de hemoderivados; Iberdrola reafirma su posición de liderazgo en energías renovables comprando un porcentaje significativo de la también estadounidense Westec Enviromental Solutions, dedicada a la captura y almacenamiento de CO2, pionera en un subsector que será clave; FCC entra en Emiratos Árabes aliándose con Commodore, una de las principales constructoras en la zona…