La división de Ciencia de la empresa Thomson Reuters se ocupa de construir bases de datos de la actividad científica por áreas y países. La más conocida es el Journal of Citation Reports Web, base de datos que ofrece un medio sistemático y objetivo para evaluar de manera crítica las revistas científicas más importantes del mundo. En concreto, JCR Web permite medir la influencia y el impacto de las investigaciones realizadas (a nivel de revistas y por áreas de investigación) y muestra las relaciones entre las revistas que citan y las que son citadas.

Este recurso -disponible en ediciones separadas para la Ciencia en general y para las Ciencias Sociales (incluidas las áreas de Economía, Empresa y de Finanzas) en particular-, es una herramienta esencial para cualquiera que necesite conocer acerca del impacto y la influencia de las revistas en la comunidad investigadora global. Además, los indicadores disponibles de las revistas indexadas en la base JCR Web son utilizados a la hora de evaluar la actividad científica («productividad investigadora») de Facultades, Institutos de Investigación, Organismos de Investigación, Universidades, científicos y profesores individuales, tanto en España como a nivel internacional.

El Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) (conocido también como «proceso de Bolonia», por el nombre de la ciudad italiana en la que se firmó la declaración política que abrió el espacio europeo universitario) no sólo significa una homologación de títulos a nivel europeo, sino también debería abrir la competencia entre las universidades europeas y españolas entre sí en la captación de los mejores alumnos y profesores.

Una de las variables clave para poder elegir una Facultad y una Universidad en el nuevo contexto debería ser sin duda el nivel científico de su profesorado, por lo que indicadores de la «calidad» de las publicaciones de investigadores y profesores, van a pasar a un nivel más que relevante. Los ranking internacionales de universidades son también importantes por varios motivos. Además del evidente prestigio internacional, son fundamentales por las importantes ventajas económicas que eso puede traer en un momento en el que los planes autonómicos, nacionales y europeos de apoyo a las universidades (fondos de investigación para los profesores, incentivos económicos a los mejores profesores, ..) deberían de tener un claro objetivo: premiar la excelencia. Y la excelencia se cuantifica en este tipo de listados (guste o no guste), entre otro tipo de cosas.

En este contexto el Grupo de Investigación de evaluación de la ciencia y de la comunicación científica EC3 de la Universidad de Granada acaba de presentar el ranking de las universidades españolas (públicas y privadas) para el año 2012 (3ª edición), basado en la investigación publicada en las revistas científicas indexadas en el Journal of Citation Reports Web en los periodos 2002-2011 y 2007-2011. En el estudio se propone un método de ordenación de las universidades que sintetiza 6 indicadores bibliométricos de producción e impacto que miden los aspectos cualitativos y cualitativos de la producción científica de los investigadores de las universidades españolas.

En el cuadro adjunto (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande) se presenta las posiciones ocupadas por universidades españolas en las 37 disciplinas científicas en el periodo 2007-2011. Centrémonos en nuestro caso en las columnas de la disciplina científica de «Economía» (que incluye las revistas de la categoría «Economics» de la base JCR Web) y de la disciplina científica «Empresa» (que incluye las revistas de la categoría «Business» de la base JCR Web). [1]

Por un lado, en el periodo 2007-2011, lideran el ranking de la disciplina científica de Economía, la Universidad Pompeu Fabra, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de Barcelona, la Universidad Carlos III y la Universidad de Valencia.

Por otro lado, en el periodo 2007-2011, lideran el ranking de la disciplina científica de Empresa, la Universidad Carlos III, la Universidad de Navarra (IESE Business School, privada), la Universidad Pompeu Fabra, la Universidad de Granada y la Universidad Ramón LLul de Barcelona (ESADE Business School, privada). [2]

Afortunadamente, no todas las Facultades de Economía (y los profesores universitarios de la disciplina de Economía y de la disciplina de Empresa) son iguales y, por lo tanto, no deberían ser tratados por igual. Las diferencias salariales derivadas del plus de productividad investigadora que otorga la Comisión Nacional de Evaluación de la Actividad Investigadora dependiente del Ministerio de Educación (básicamente publicaciones en artículos de la base de datos utilizada para elaborar el ranking) son ridículas. El «café para todos» tan típicamente español debería ser «cortado» aprovechando la introducción del EEES en la Universidad española. Pero eso es otra historia.

El recién Real Decreto-ley 14 /2012, de 20 de abril, de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo aprobado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, no ha introducido una mayor diferencia salarial entre los profesores (mayores retribuciones por sexenio), pero al menos premia a aquellos con éxito «probado» en su producción científica. En concreto, se establece dos casos de reducción horaria de la actividad docente de dos grupos de profesores (un caso más exigente que el otro) respecto a aquellos profesores que no han dedicado parte de su tarea universitaria a la actividad investigadora (en este caso se les aumenta la carga docente).

Esta debe ser la primera medida pero no la última de una amplia lista. Las próximas podrían ser las siguientes: i) aumentar en gran medida la retribución asignada a los complementos de productividad de la actividad investigadora o sexenios (y con mayor cuantía para cada nuevo tramo acumulado y de manera creciente); ii) establecer el distrito único universitario nacional, para que los mejores alumnos vayan a las mejores universidades (con becas de movilidad generosas). Ello implicaría una competencia entre universidades para captar a los mejores alumnos; iii) establecer que solamente las universidades con carácter más investigador impartan estudios de postgrado (Máster y Doctorado). Para tal fin, bastaría con exigir determinado número de sexenios de investigación al conjunto (y también individualmente) de los profesores que vayan a impartir su docencia en postgrado; iv) reducir el número de años de los Grados (de los cuatro actuales a tres como ocurre en la mayoría de los países de la Unión Europea) para liberar recursos con el objetivo último de establecer titulaciones de postgrado de mayor calidad. [3]

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[1] No  todas las universidades españolas figuran en ambos rankings.  El estudio establece un primer corte: solo figuran aquellas que cuentan con unos umbrales mínimos de producción científica. En el caso de las disciplinas o bien se incluyen aquellas situadas a partir del 2º Tercil o bien aquellas situadas a partir del 1er Tercil dependiendo de las características y fiabilidad de los diferentes indicadores en cada una de las disciplinas.

[2] En una entrada reciente de este Blog presentábamos el ranking de Facultades de Economía 2011 de España elaborado por Tilburg University. Los resultados son muy parecidos, aunque en este ranking de Tilburg University se utilizaba un número más selectivo de revistas de la base de datos JCR y las dos disciplinas de Economía y Empresa no estaban separadas.

[3]  Sólo España, Chipre, Turquía y Eslovenia están aplicando unos grados de cuatro años y un máster de uno (lo que se le conoce como 4+1), el resto de las universidades europeas han adaptado sus títulos a tres años de grado y dos de máster (3+2), dándole un mayor protagonismo a la especialización de lo que se le otorga en España. Sólo caben dos posibilidades: o Alemania, Francia, Reino Unido e Italia están equivocados o nosotros somos la vanguardia europea de la innovación docente universitaria.

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