Por Laura López-Gómez (Universidad de Murcia)

El impacto de las instituciones en el crecimiento económico ha sido ampliamente discutido en la literatura reciente. La evidencia teórica y empírica ha demostrado que la calidad institucional ejerce una influencia significativa en el desempeño económico de todos los países, y que dicha influencia es relevante para el nivel de ingresos per cápita a largo plazo (García-Solanes et al., 2023). El término calidad institucional es,  sin embargo, muy amplio y abarca diferentes aspectos de este ámbito, que van desde el marco normativo, pasando por la transparencia institucional, la estabilidad gubernamental o la corrupción.

Éste último es un aspecto que ha atraído la atención de muchos investigadores en los últimos años. La corrupción hace referencia al comportamiento inapropiado de los agentes económicos que actúan al margen de la ley en sus interacciones. Dado que los comportamientos corruptos pueden darse tanto en el ámbito público como en el privado, su posible impacto sobre la economía de un cierto país o países es relevante y puede influir notablemente en los niveles de renta de los mismos. En un reciente estudio (Beyaert, García-Solanes y López-Gómez, 2023), detectamos que la corrupción, en efecto, tiene efectos significativos sobre el modelo de crecimiento a nivel global. Utilizando una muestra de 103 países, y para el período comprendido entre 1996 y el año 2017, demostramos que la corrupción no tiene efectos directos sobre el crecimiento, pero sí efectos indirectos, modificando los parámetros del modelo de Solow.

En lo que a metodología se refiere, la principal novedad de nuestro trabajo con respecto al análisis y al modelo de crecimiento clásicos es que no se estima un único modelo para todos los países. En su lugar, se utiliza el enfoque de árboles de regresión, que consiste en ajustar la misma especificación del modelo de crecimiento a diferentes subgrupos de países de la muestra, obteniendo diferentes estimaciones de coeficientes para cada subgrupo. Esta metodología divide la muestra en diferentes submuestras de acuerdo a valores umbral determinados endógenamente de variables específicas llamadas también variables umbral. Por lo tanto, después de aplicar esta técnica, se obtienen diferentes estimaciones del mismo modelo de crecimiento para los distintos países que forman parte del estudio. Las principales ventajas de este enfoque son: detectar diferentes modelos de crecimiento en toda la muestra, evitar la inclusión ad hoc de países en submuestras y, además, permite tratar con valores atípicos y heterocedasticidad.

En el mencionado estudio,  utilizamos cuatro indicadores institucionales como posibles variables umbral: Estado de Derecho (Rule of Law) y Corrupción de la ICRG desarrollados por el PSR Group, y Estado de Derecho (Rule of Law) y Control de Corrupción de los Indicadores de Gobernanza del Banco Mundial. Los dos indicadores de corrupción se usan alternativamente como variables umbral y explicativas, mientras que los indicadores de Estado de Derecho o Rule of Law se usan solo como variables umbral, por lo que tenemos cuatro posibles variables de división, permitiendo que se determine de forma endógena cuál o cuáles son las más adecuadas para dividir la muestra. Esta forma de usar varios indicadores de diferentes fuentes y medidas evita cualquier sesgo en los resultados derivados de la elección de uno de ellos, lo que hace que los resultados sean más confiables. Además,  también nos permite comprender el impacto, tanto directo como indirecto, de la corrupción en el crecimiento económico sin ignorar la relación indirecta entre el marco legal y judicial y el crecimiento que algunos autores como Neyapti (2013) han destacado.

Una vez dividida la muestra en grupos con niveles de corrupción homogéneos, se ajusta un modelo de crecimiento con los determinantes tradicionales del modelo de Solow más la corrupción como variable explicativa adicional. Estas estimaciones se realizan por el método de variables instrumentales para evitar posibles problemas de endogeneidad utilizando el instrumento desarrollado por Gründler y Potrafke (2019). Los resultados obtenidos coinciden con los hallazgos de Durlauf et al. (2001) demostrando la existencia de heterogeneidad de parámetros en el modelo de Solow. El método que hemos empleado nos permite, por tanto, obtener pruebas sólidas de que las diferencias en los niveles de corrupción -que no se tienen en cuenta en los modelos empíricos de crecimiento tradicionales- pueden ser las principales causas de la heterogeneidad de parámetros en el modelo. Esta heterogeneidad indica que cuanto más corrupto es un país, más lejos está de su estado estacionario y, por lo tanto, los factores que determinan su crecimiento económico tienen un mayor impacto sobre el mismo.

En general, nuestros resultados indican que los países con mayores niveles de corrupción deben centrarse en reducir estos comportamientos, aumentar la inversión y controlar el crecimiento de la población para fomentar su desarrollo económico. Además, la composición de los subgrupos determinados de forma endógena en nuestro análisis, refuerza el patrón de diferencias institucionales entre países más desarrollados versus menos desarrollados. Mientras que los países más desarrollados exhiben, en general, niveles más bajos de corrupción, los menos desarrollados muestran lo contrario. Según nuestro análisis, los países con mayor corrupción deberían aprovechar el hecho de que el impacto de los determinantes del crecimiento es relativamente mayor. Más concretamente, los esfuerzos por reducir sus niveles de corrupción combinados con ratios de inversión más altos podrían contribuir a aumentar sus niveles de bienestar.

En resumen, encontramos evidencia robusta de que el nivel de corrupción influye indirectamente en el crecimiento económico al alterar el impacto de los determinantes del modelo de crecimiento, pero no tiene un impacto directo sobre el mismo. Demostramos también que el patrón de crecimiento no es único y que, en países con alta corrupción, los determinantes tradicionales tienen un mayor efecto en el crecimiento que en países con menores niveles de corrupción, que son países más avanzados. Según los resultados obtenidos, los países más corruptos están más lejos de su estado estacionario que aquellos que controlan mejor su corrupción. Todas estas pruebas muestran que el nivel de corrupción juega un papel importante en el proceso de crecimiento de los países y que, por lo tanto, debe tenerse en cuenta y combatirse si se desea incrementar los niveles de renta per cápita.

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