Nuestras compañeras de la Universidad de Valladolid, Elisa Álvarez López y Josefa Vega Crespo, nos envían esta nueva entrada que actualiza los cálculos acerca de la sofisticación de las exportaciones españolas, utilizando datos de 2014.
Junto a una oferta cada vez más adaptada a la demanda mundial, y la incorporación de un creciente número de empresas de elevada productividad media, la rápida expansión de las exportaciones españolas en los últimos años se explica también por el aumento del nivel de calidad de los productos y por su diferenciación con respecto a los de los rivales.
Una de las formas de aproximarse a este último aspecto es a través del cálculo del nivel de sofisticación de las exportaciones, siguiendo los trabajos del equipo de investigadores que encabezan Ricardo Hausmann y Cesar A. Hidalgo (Hausmann y Klinger, 2007; Hidalgo et alia, 2007). Minondo y Requena (2012) ofrecieron un primer acercamiento a este asunto, utilizando una desagregación de seis dígitos de las estadísticas de comercio exterior, que, con los mismos datos de base, se transformó en una versión más agregada en Myro et alia (2013). Aquí se poresenta un análisis más completo y actualizado, referido a 2014 y partiendo de una desagregación de cuatro dígitos de los datos.
El análisis de la sofisticación de los productos exportados- en el que se aúnan aspectos como su contenido tecnológico, su diseño, su diferenciación o el prestigio de la marca- se basa en la idea de que el nivel de renta asociado a las exportaciones de un país aproxima el nivel de productividad obtenido en su producción. En consecuencia, a escala mundial, es posible medir la productividad media conseguida en un bien a través de la productividad del conjunto de los países que lo exportan, ponderada por el peso relativo de cada uno de ellos en dicho bien. Un valor más elevado de este indicador, denominado PRODY, implica que el producto del que se trate precisa de las ventajas en la dotación factorial, tecnología y comportamiento individual de las economías con superior renta por habitante. Su expresión es la siguiente :
donde Sij,t denota la participación del producto i en las exportaciones totales del país j en el año t y Yj,t es la renta por habitante del país j en ese año.
A partir del PRODY, se halla el índice de sofisticación de las exportaciones de los países (EXPY), que resulta útil para conocer qué productos favorecen el ascenso de su complejidad media. Se calcula como la suma del valor PRODY de los productos exportados por el país, ponderada la participación de cada uno de ellos en las ventas totales del país, esto es:
La información que se ha utilizado para calcular estas expresiones en este trabajo procede de la base de datos Trade Map, suministrada por el International Trade Centre, que se nutre fundamentalmente de la base Comtrade de Naciones Unidas. Se han extraído valores nominales de las exportaciones con un nivel de desagregación de cuatro dígitos según la nomenclatura del Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías en su versión de 2012 (SA-2012), que diferencia 1.258 partidas. A su vez, los productos considerados se han agrupado en 24 sectores de actividad por medio de la correspondencia establecida entre la SA-2012 y la Clasificación Industrial Internacional Uniforme (CIIU-Rev.3). Por otro lado, los datos de PIB por habitante en paridades de poder de compra se han obtenido de la base World Development Indicators editada por el Banco Mundial.
Con arreglo a los valores PRODY obtenidos, cabe distribuir los productos considerados en cinco grupos ordenados de menor a mayor nivel de sofisticación, de modo que en el quinto quintil se reúnen los productos más sofisticados. Como puede comprobarse en el Cuadro 1, dentro de este segmento de superior sofisticación, cerca de la tercera parte de los productos se encuadran en el sector de la química, al que, a distancia, siguen maquinaria y equipo mecánico, instrumentos médicos, ópticos y de precisión y metálicas básicas como las actividades que aglutinan un mayor número de partidas de elevada complejidad. Asimismo, y excepción hecha de metálicas básicas, los sectores mencionados, junto con productos farmacéuticos, presentan la mayor cantidad de productos entre los cincuenta con un valor PRODY más alto.
España obtiene un índice de sofisticación de sus exportaciones, un valor de EXPY, de 23.830 $ PPC, algo más bajo que el de Alemania o Francia (26.674 y 26.206 $ PPC, respectivamente) e incluso que el de Italia (25.226 $ PPC). Este menor valor guarda relación con su menor renta per cápita, pues existe una relación apreciable por países entre niveles de sofisticación y niveles de renta per cápita, como puede verse en el Gráfico 1, donde el valor que corresponde a España aparece marcado en rojo.
Aún así, casi la mitad de las exportaciones españolas (el 46,6%) se clasifican en los quintiles Q4 (media-alta sofisticación) y Q5 (alta sofisticación). Esto puede verse en el Cuadro 2 (con un click sobre el se amplía), en el que aparecen marcados en gris los sectores con ventaja comparativa revelada en la exportación, definida, siguiendo a Balassa, como el peso relativo de un sector en el total de las exportaciones españolas, comparado con el mismo ratio para el mundo. Entre paréntesis se recoge el número de subsectores en los que se asienta esa ventaja. El mayor peso comercial corresponde al quintil Q4, de sofisticación media alta, lo que fundamentalmente obedece a que el sector con una presencia más destacada en el patrón exportador español, vehículos de motor, concentra en él por encima del 80 por 100 de sus ventas. A ello se une la aportación de otras actividades con una -aunque inferior- significativa entidad en nuestra estructura comercial, que también agrupan aquí una proporción relevante de sus ventas (entre el 50 y el 70 por 100) maquinaria y equipo mecánico, maquinaria y aparatos eléctricos, productos farmacéuticos y medicamentos y otro material de transporte. Además, las industrias de maquinaria mecánica y farmacéutica, junto con la química -resaltadas anteriormente por incluir un mayor número de productos altamente sofisticados- localizan en el quintil Q5 un porcentaje notable de sus envíos al exterior (más de la tercera parte en el caso de la química, el tercer sector en importancia en la exportación española).
Algunos sectores potentes de la exportación española, que deberían seguir aumentando peso en el total de las ventas exteriores en los próximos años, no son de alta sofisticación, como los alimentos, bebidas y tabaco o el textil y la confección, de forma que no es en absoluto deseable que todo el patrón de exportación gire en torno a los más sofisticados. Por otra parte, los productos de estos sectores si pueden diferenciarse y poseer diversas calidades, pero el análisis efectuado de sofisticación difícilmente alcanzará a reflejar estos aspectos.
Referencias
-Hausmann, R. y Klinger, B. (2007): “The Structure of the Product Space and the Evolution of Comparative Advantage”, CID Working Paper, nº 146.
-Hidalgo, C.A; Klinger, B.; Barabási, A.L. y Hausmann, R.(2007): The product space conditions the development of nations, Science, vol. 317, nº 5837, pp. 482-487.
-Minondo, A. y Requena, F. (2012): “Análisis de competitividad de las exportaciones españolas. Un enfoque shift-share a nivel de producto”, Economistas, nº 130, pp. 63-75.
-Myro, R.; Álvarez, E. ; Rodriguez, D.; Fernández-Otheo, C. y Vega Crespo, J.(2013): Fortalezas competitivas y sectores clave en la exportación española, Instituto de Estudios Económicos, Madrid.