Por Laura Márquez Ramos, Universitat Jaume I (España) y Universidad de Adelaida (Australia), y Estefanía Mourelle, Universidade da Coruña (España). La siguiente entrada es un resumen del artículo «Education and economic growth: an empirical analysis of nonlinearities», publicado en Applied Economic Analysis (antigua Revista de Economía Aplicada), Vol. 27 No. 79, pp. 21-45.

La importancia de la educación en el desarrollo de las economías ha sido objeto de múltiples debates y estudios, estando plenamente aceptada hoy en día. La educación aumenta el capital humano del mercado laboral de un país. De esta manera, un país en el que su población puede explotar nuevo conocimiento tiende a crecer más rápido. Asimismo, la educación mejora la capacidad de innovación de la economía y ejerce un efecto facilitador de transmisión de conocimiento. En este sentido, existen múltiples estudios que analizan la relación entre educación y crecimiento económico, la cual puede ser bidireccional: ¿es la educación un factor determinante del crecimiento económico, o son los países con mayor crecimiento económico los que muestran un mayor desempeño educativo? Con el fin de centrar la atención en una de las dos direcciones, en esta entrada contemplamos el efecto de la educación sobre el crecimiento económico.

Estudios previos han empleado diferentes técnicas cuantitativas como por ejemplo series de tiempo, datos de panel o corte transversal, contemplando los diferentes niveles educativos (primario, secundario y terciario). De estas investigaciones se deriva el resultado de que la educación tiene un impacto positivo sobre el crecimiento económico. Sin embargo, los estudios realizados evidencian las dificultades de analizar este efecto. Un problema es de medición, porque ¿cómo medimos la educación? A lo largo del tiempo se ha avanzado en el uso de variables más ajustadas a la realidad con el fin de reflejar la calidad de la educación como, por ejemplo, a partir de los resultados de los informes PISA, o utilizando indicadores que suponen aproximaciones del desempeño educativo. Otro problema es que no somos plenamente conocedores de todos los factores que determinan el desempeño educativo, aunque se ha avanzado mucho en este aspecto en los últimos años. En este sentido, se ha demostrado que factores como el entorno socioeconómico o el avance de la sanidad afectan a la educación.

Diversos artículos científicos han demostrado la heterogeneidad existente entre países, al revelar que el efecto del desempeño educativo es generalmente mayor en países en desarrollo que en los desarrollados. Siguiendo esta línea de investigación, se resalta también el papel que juega el marco institucional del país, que ejerce de facilitador en el efecto positivo de la educación sobre el crecimiento económico. Sin embargo, también existen estudios que cuestionan el efecto positivo encontrado. Esta ambigüedad podría venir explicada, al menos en parte, por las diferentes técnicas de análisis utilizadas en este campo de investigación.

A la vista de la literatura existente, dos investigadoras en economía, Laura Márquez Ramos y Estefanía Mourelle, publicaron recientemente un artículo en la revista científica Applied Economic Analysis sobre la importancia de la educación en el crecimiento económico de España. Su trabajo trata de dar respuesta a la siguiente pregunta de investigación: ¿la dinámica de la actividad económica de un país difiere en función del desempeño educativo de su población? En términos técnicos, la respuesta a esta pregunta supone trasladarnos del habitual contexto lineal en que se ha desarrollado la literatura a uno no lineal. En un contexto de no linealidad, el comportamiento de la relación entre crecimiento económico y educación no sería el mismo para todos los valores de educación. Este reconocimiento tiene precedentes. Por ejemplo, algunos autores han contemplado la posibilidad de que existan umbrales de capital humano y que el crecimiento de una economía sea diferente según en qué lado del umbral se sitúe. En cuanto a la relación entre el crecimiento económico y educación en España, Márquez Ramos y Mourelle (2019) consideran que el comportamiento de esta relación puede ser no lineal y parten de la base de que la educación, reflejada en las competencias, habilidades y conocimiento de la población, puede jugar el rol de fuerza facilitadora del crecimiento económico.

Antes de adentrarse en el estudio, conviene reseñar que España es un país con un importante nivel de sobreeducación y, dada la elevada tasa de desempleo existente, se podría pensar que el impacto de la educación sobre el crecimiento económico sería prácticamente inexistente. Los resultados hallados apuntan, sin embargo, a la importancia de apostar por la educación como fuente de crecimiento económico en nuestro país. Las ineficiencias del mercado laboral y el alto desempleo existente en España, especialmente entre los jóvenes, son aspectos de gran relevancia que se deben abordar con urgencia para que una apuesta seria por la educación fomente el desarrollo de nuestra economía en su máximo potencial.

Márquez Ramos y Mourelle (2019) se centran en educación secundaria y terciaria en una aplicación para España en el período 1971-2013. Sus resultados a nivel de país (esto es, de España en su conjunto) se contrastan con los obtenidos a nivel de comunidad autónoma, evidenciando la existencia de diferencias regionales en el comportamiento de la relación de interés. En el trabajo se aduce que el empleo de modelos no lineales introduce una mayor flexibilidad en la relación entre las variables; nótese que en un contexto lineal los parámetros de los modelos estimados no cambian a lo largo del tiempo, mientras que en uno no lineal sí pueden hacerlo.

Una especificación comúnmente utilizada para reflejar cambios de régimen a lo largo del tiempo es la regresión por umbrales, que considera que una variable cambia de un régimen a otro de forma abrupta o brusca. Sin embargo, si bien cada agente económico puede cambiar de forma acusada en diferentes momentos de tiempo, la economía se compone de un agregado de ellos, por lo que su comportamiento sería más suave. Por ello se acude al modelo de transición suave y, en particular, al modelo más general: la regresión con transición suave.

En la regresión con transición suave se asume que una determinada variable oscila entre dos regímenes extremos que vienen determinados por alguna de las variables introducidas en el modelo, y la transición entre ellos tendrá lugar de forma más o menos suave según se derive de los datos. Este tipo de modelo permite caracterizar de forma más completa que otras modelizaciones la dinámica de la relación entre crecimiento económico y educación. En otras palabras, la especificación en la que se basan las autoras del estudio permite analizar la rapidez con que el crecimiento económico reacciona ante cambios que se produzcan en la educación.

Los datos empleados en el estudio hacen referencia a: (1) Producto Interior Bruto (PIB), como medida de la actividad económica; (2) las ratios de matrícula en educación secundaria y en terciaria, como medida de educación; (3) la proporción de población activa con estudios secundarios o terciarios sobre el total de la población activa, como medida del estado del mercado laboral; (4) el capital físico, y (5) el porcentaje de gasto del gobierno en educación sobre el PIB.

La evolución temporal de estos indicadores muestra una tendencia al alza de las variables de educación (secundaria y terciaria) a lo largo del tiempo, especialmente de la educación superior. Dicha evolución creciente se advierte en particular tras la muerte de Franco y la crisis económica de los años 70. Así, mediados de la década de los 70 se convierte en un período crucial para el gasto público en educación, con una proporción de trabajadores con estudios universitarios que comienza a despegar, y un crecimiento casi continuado en lo que se refiere a trabajadores con estudios secundarios. En la década de los 80 el capital físico registra un incremento sustancial que dura hasta el estallido de la última crisis económica. La tendencia positiva del PIB está acompañada de una tendencia similar en el resto de las variables analizadas. En este marco descriptivo resulta todo un reto aislar el efecto de una relación entre crecimiento económico y educación, y es por ello por lo que se requieren métodos más sofisticados que vayan más allá de la observación del comportamiento evolutivo de las variables consideradas en el análisis. En este sentido, y como ya se ha avanzado, Márquez Ramos y Mourelle (2019) utilizan técnicas de modelización no lineal de series de tiempo y, en concreto, la regresión con transición suave.

Los modelos utilizados contemplan la ratio de matrícula en estudios secundarios y terciarios, respectivamente, como la variable de transición. El papel de las variables de educación es doble: por una parte, porque las mismas representan la fuente de (posible) no linealidad en el crecimiento económico, y, por otra, porque se contemplan como posibles determinantes de la dinámica del PIB. El modelo estimado para educación secundaria revela que el crecimiento económico depende de su pasado más reciente, del capital físico, el mercado laboral y el gasto en educación. En cuanto al modelo para educación terciaria, influyen las mismas variables y, además, la educación de este nivel. La educación terciaria se revela por tanto como determinante de la dinámica del crecimiento económico, mientras que no sucede lo mismo con la educación secundaria. Sin embargo, ambos niveles educativos son generadores de asimetrías sobre el crecimiento económico debido a la existencia de umbrales que determinan la dinámica que dicho crecimiento experimenta en el país.

En base a los resultados obtenidos, la economía española mostraría una dinámica de comportamiento diferente cuando la ratio de matrícula en educación secundaria crece por encima del 1.5% que cuando lo hace a un ritmo más lento. En el caso de la educación terciaria, el régimen inferior abarcaría desde crecimientos negativos de la ratio hasta un 5.2%, mientras que el régimen superior corresponde a crecimientos superiores a este valor; ambos valores se hallan próximos a sus respectivas medias. Asimismo, también se observa que el crecimiento económico reacciona de forma más inmediata a cambios externos (o “shocks”) que impactan en la educación terciaria que a cambios que impactan en educación secundaria. Esto podría ser indicativo de la importancia que tradicionalmente se ha atribuido en España a poseer un título universitario.

Como se ha comentado anteriormente, las autoras del trabajo también analizan los resultados por comunidad autónoma. Para este análisis, se seleccionan cuatro comunidades autónomas representativas en términos de renta y gasto público en educación per cápita regionales (con valores tanto por encima como por debajo de las medias de estas variables): Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana y País Vasco. Así, a nivel regional se evidencian efectos asimétricos de las variables de educación sobre el crecimiento económico, tanto en el nivel de enseñanza secundaria como superior. Respecto a la educación secundaria, a nivel regional la propia variable de educación sí se muestra significativa como determinante del crecimiento económico, lo cual no sucedía para el agregado de España; además de ella, el pasado reciente de la actividad económica y las restantes variables contempladas en el estudio resultan significativas en el modelo. También se observa que el mercado laboral ejerce una menor influencia sobre el crecimiento económico al considerase el análisis a nivel regional que a nivel de país; el hecho de que otras variables como el capital físico o el gasto en educación ganen relevancia en el análisis regional podría estar haciendo disminuir el impacto del mercado laboral. En el caso de la educación superior, se repite el esquema del nivel agregado.

Con relación a la velocidad de transición entre regímenes, ésta resulta más elevada a nivel regional que nacional en el nivel secundario, mientras que en el terciario resulta más suave pero notable. En ambos casos los umbrales se sitúan en valores próximos a los crecimientos medios de las ratios: entre un 5 y un 6% en el caso de secundaria, y entre 3 y 6% en el caso de terciaria. Un aspecto destacado en el análisis regional es el notorio efecto del capital físico sobre el crecimiento económico, pues resulta significativo en todos los modelos, mientras que el mercado laboral se muestra más relevante en el análisis a nivel de país. En cambio, el gasto público en educación se encuentra más presente a nivel de región que de país. Estos resultados ponen de relieve la importancia de la descentralización de parte del gasto público en España hacia las comunidades autónomas. Así, con un mejor conocimiento de su realidad regional, las comunidades autónomas pueden seleccionar las políticas que mejor funcionen para que sus activos, como es el caso de la educación, contribuyan al proceso de producción.

A modo de resumen, el trabajo sobre el que versa esta entrada ha analizado la relación entre educación y crecimiento económico en España. Así, se ha evidenciado que el comportamiento de la actividad económica de España y de sus comunidades autónomas viene determinado por la educación secundaria y terciaria, demostrándose que el nivel educativo de la población constituye una fuente de no linealidad para la actividad económica. Un mejor conocimiento de cómo el crecimiento económico de un país o de una región reacciona ante cambios en el desempeño educativo, así como también reconocer que el crecimiento económico puede mostrar un comportamiento diferente dependiendo del nivel educativo existente en dicho país o región, constituye una información particularmente útil para los encargados de elaborar las políticas públicas.

 

Para más información, no dudéis en consultar el artículo en

https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/AEA-06-2019-0005/full/html

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