Por Francisco del Olmo García, Fernando Javier Crecente Romero, María Teresa del Val Núñez (Universidad de Alcalá e IAES) e Inmaculada Domínguez-Fabián (Universidad de Extremadura)
La España despoblada, la España vacía, la España rural… son términos cada vez más escuchados en los titulares de nuestro país y que causan preocupación en todas las esferas económicas y sociales, desde los propios vecinos de municipios cada vez menos poblados hasta responsables públicos que diseñan medidas para paliar los efectos de esta dinámica.
La pérdida de población de algunas regiones no es una realidad exclusivamente española. Sin ir más lejos, el informe Luchando contra la despoblación rural en el sur de Europa señala que las regiones europeas más afectadas por la despoblación se localizan, mayoritariamente, en el este de Europa y en los países bálticos, pero también en Alemania y en los países mediterráneos y del sur como Grecia, Portugal, Bulgaria, Rumanía, grandes partes de España y algunas áreas en el sur de Italia.
Por lo tanto, no se trata de un problema exclusivamente español, aunque es cierto que en nuestro país se manifiesta con mucha intensidad en ciertas regiones en donde la población se ha reducido a lo largo de las últimas décadas, como es el caso de algunas provincias de Castilla y León, Aragón, Castilla La Mancha o Galicia, aunque no exclusivamente.
Esta realidad de municipios con cada vez menor población se traduce, entre otros, en problemas de abastecimiento de servicios públicos (como la sanidad o la educación), de acceso a infraestructuras físicas o digitales que limitan la conexión de sus habitantes o al acceso a servicios bancarios financieros básicos. Es por ello que se han llevado a cabo iniciativas públicas como el Plan de Recuperación: 130 medidas frente al reto demográfico, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
No obstante, más allá de las medidas públicas, un potente factor de repoblación es la actividad emprendedora rural, es decir, atraer emprendedores que generen proyectos empresariales y atraigan personas y recursos a las zonas más despobladas. El objetivo es dinamizar la economía local para dinamizar la propia estructura social y regenerar esas zonas más despobladas. Sin duda, el actual entorno de digitalización es propicio para ello, dada la facilidad de conexión global sin necesidad de vivir en el mismo lugar de trabajo, por lo que se abre una oportunidad sin precedentes.
En un reciente trabajo de los autores, Determinant factors for the development of rural entrepreneurship, se analizan los factores que están relacionados con el emprendimiento rural en España, considerando como municipio rural aquellos cuya población es menor de 5.000 habitantes.
Para ello, se parte de la relación entre las empresas constituidas en zonas rurales y el total de empresas constituidas. Como se puede apreciar en el siguiente mapa, esta magnitud muestra un alto grado de heterogeneidad dependiendo de la provincia observada, reflejando la propia realidad de la despoblación en España.
(- Propensión al emprendimiento rural +)
Dada esta heterogeneidad, ¿qué factores están relacionados con un mayor grado de emprendimiento en zonas rurales en España? Los resultados del estudio señalado permiten extraer algunas conclusiones interesantes, tal y como se resumen a continuación:
- En aquellas regiones en donde crece la financiación bancaria, se observa una mayor dinámica emprendedora en zonas rurales. No se debe olvidar, en este sentido, que España es un país con un sistema financiero muy bancarizado, lo que convierte a las entidades financieras en actores principales para el desarrollo de la actividad emprendedora.
- Mayor grado inversión en innovación y desarrollo en la región permiten un incremento de la actividad emprendedora rural. No cabe duda, por lo tanto, de que un entorno más propicio a la innovación atrae mayor talento emprendedor y más dada la época de cambio en la que estamos inmersos.
- Mayor nivel de la tasa de desempleo de la región se relaciona con menor actividad emprendedora en las zonas rurales. Este resultado permite entender la actividad emprendedora rural en España bajo una óptica de oportunidad, no de necesidad. Es decir, los emprendedores deciden instalarse en aquellas regiones donde detectan más oportunidades, lo que lleva al hecho de que se pueden encontrar interesantes oportunidades en el medio rural, no solo en el ámbito urbano.
- Mayor porcentaje de población con educación secundaria en la región está relacionado con la mayor propensión a emprender en las zonas rurales, mientras que un mayor porcentaje de población con educación superior está relacionado con una menor propensión a emprender en los municipios rurales. Estas conclusiones podrían estar relacionadas con los tipos de proyectos emprendidos: tener estudios superiores puede llevar a una persona a encontrar más oportunidades dentro y fuera del medio rural, no siempre basadas en el espíritu empresarial. Entre ellas se incluyen las carreras profesionales en el sector privado o público y el desarrollo de la actividad empresarial en zonas más pobladas con diferentes tipos de oportunidades y mercados. Sin embargo, un menor nivel educativo parece ser un factor determinante para que las personas permanezcan y pongan en marcha su propio negocio en sus comunidades rurales, normalmente vinculado a los sectores predominantes en ese entorno, como la agricultura y la ganadería, y en donde una persona conocedora de este entorno puede encontrar importantes ventajas competitivas.
Estas conclusiones permiten extraer algunas recomendaciones de política económica, como la importancia de impulsar el crédito bancario en las zonas rurales y más teniendo en cuenta el contexto del proceso de concentración bancaria observado en España en la última década. Además, puede ser una oportunidad para promover vías alternativas de apoyo financiero a las oportunidades detectadas por los emprendedores en las zonas rurales, como el capital riesgo y el crowdfunding. Asimismo, la inversión en investigación y desarrollo permite crear oportunidades empresariales para profesionales con mayor valor añadido que puedan generar empleo para personas altamente cualificadas. Como se ha podido ver en los resultados, poseer estudios superiores no parece estar relacionado con una mayor propensión al emprendimiento rural, pero sí que la generación de empleo y oportunidades de valor añadido podría llevar a estas personas a no migrar y aprovechar dichas oportunidades para asentarse y participar en el impulso de municipios que podrían pasar de denominarse despoblados a calificarse como repoblados.
En definitiva, generar un entorno propicio para la actividad emprendedora y la generación de actividades de alto valor añadido sería fundamental para dinamizar zonas actualmente en declive y preservar la riqueza cultural y de costumbres que aportan estas zonas rurales.