Hace algunos meses el Comité de Reflexión sobre Internacionalización del Club de Exportadores e Inversores Españoles me invitó a reflexionar sobre si la Covid-19 iba a introducir algún cambio de largo plazo en el comercio internacional de España. En mi opinión, un área que puede salir beneficiada a largo plazo por la Covid-19 es la de la exportación de servicios a empresas.

La exportación de servicios a empresas, que ascendieron a 24.239 millones de euros y representaron el 31% de las exportaciones de servicios españolas en 2020, cubre tres grandes capítulos: i) investigación y desarrollo (7% del total de exportaciones de servicios a empresas en 2020); ii) consultoría profesional y de gestión (servicios jurídicos, contables, consultoría de gerencia, servicios de publicidad, investigación de mercado y encuestas de opinión pública; 29% del total en 2020); y iii) Servicios técnicos, relacionados con el comercio y otros servicios empresariales (arquitectura, ingeniería, tratamiento de residuos, arrendamientos, comisiones por comercio, traducciones, fotografía, y editoriales; 64% del total en 2020).

Como se muestra en el siguiente gráfico, desde 2013 las exportaciones de servicios a empresas han crecido más que la de bienes y que la del conjunto de servicios. Además, las exportaciones de servicios a empresas crecieron durante el año 2020, el año Covid, mientras que se produjo una caída en los bienes y una enorme caída para el conjunto de servicios.

Evolución de las exportaciones españolas (2013=100)

Fuente: cálculos del autor a partir de los datos del Banco de España.

La Covid-19 puede ser una oportunidad para los servicios a empresas, ya que la pandemia nos ha obligado a trabajar en remoto. Las empresas y los trabajadores han destinado recursos a mejorar las conexiones a Internet y el equipamiento informático, y han aprendido a trabajar en remoto con compañeros de empresa, clientes y proveedores. Este gran experimento, en el que han participado simultáneamente un gran número de personas, ha permitido descubrir a las empresas que, en muchas ocasiones, las interacciones comerciales presenciales se pueden sustituir por interacciones en remoto. Esto puede ser una oportunidad para los servicios a empresas, ya que estos demandan una interacción asidua entre el cliente y el proveedor. Antes de la pandemia, las empresas extranjeras estaban en desventaja frente a las empresas locales, ya que algunos clientes exigían que parte del servicio se ofreciese de forma presencial. Esto obligaba a las empresas exportadoras de servicios a tener una presencia comercial permanente en el extranjero. Si debido a la pandemia, las empresas han descubierto que trabajar en remoto es una buena alternativa al formato presencial, los exportadores podrán ofrecer sus servicios a clientes extranjeros sin tener que establecer una presencia comercial permanente. Además, el fuerte aumento en la demanda de tecnologías para trabajar en remoto ha incentivado la investigación en nuevos sistemas que mejorarán la calidad de la experiencia en línea en el futuro, lo cual reforzará la tendencia a ofrecer más servicios en remoto.

Las empresas españolas de servicios a empresas están bien posicionadas para aprovechar esta oportunidad. Por una parte, el porcentaje de empresas exportadoras en la rama de servicios empresariales es elevado, lo que indica que muchas empresas ya tienen experiencia en ofrecer sus servicios en el extranjero. Por otra parte, entre 2013-2020, España ganó cuota en el mercado internacional de las exportaciones de servicios a empresas, lo que pone de manifiesto la capacidad competitiva de las empresas españolas.

Esperemos que, efectivamente, la Covid tenga un efecto positivo sobre las exportaciones de servicios a empresas españolas y ayude a que España reduzca la dependencia de los ingresos proveniente de los turistas extranjeros. Al menos, habremos obtenido algo positivo de la Covid-19.

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