Por Carla Blázquez Fernández y David Cantarero Prieto (Universidad de Cantabria e IDIVAL Valdecilla)

¿Afectan los factores socioeconómicos al riesgo de suicidios? ¿Deberían los decisores de políticas públicas incluir estas cuestiones en sus agendas y establecer prioridades?

La evidencia empírica centrada en el estudio de la relación entre condiciones macroeconómicas y salud no ha llegado aún a un consenso sobre cómo los ciclos (pues desde la Gran Recesión de 2008 se mide más detalladamente la incertidumbre) afectan tanto a comportamientos de los individuos como a resultados en salud. En cuanto a los últimos, en general, para los países desarrollados, y en particular para España, se ha demostrado que las crisis económicas intensifican los trastornos mentales al tener en cuenta la dimensión temporal.

En este sentido, el suicidio es una causa importante de mortalidad en muchos países de la OCDE. Así, existen diferentes razones que podrían explicar por qué las personas deciden intentar suicidarse o suicidarse finalmente. Además, existen múltiples factores de riesgo que pueden predisponer a una persona a intentar quitarse la vida: trastornos de salud mental, el contexto social en el que vive, bajos ingresos y desigualdades sociales, estilos de vida “perjudiciales” y/o la situación laboral (desempleo, precariedad, etc.).

Así, aunque las tasas de mortalidad por suicidio en España se encuentran, hasta la fecha, muy por debajo de la media de los países desarrollados, el estudio de sus determinantes resulta fundamental para evitar aumentos no deseados en los próximos meses/años.

¿Cuál es el análisis empírico que se lleva a cabo?

En un trabajo reciente de los autores,  “The associations between suicides, economic conditions and social isolation: Insights from Spain”, se estudia la relación entre suicidios, condiciones económicas y factores de aislamiento social para el caso español durante el periodo temporal 2014-2019. De igual forma, el análisis se estratifica por género. Esto es, utilizando modelos de conteo para las regiones españolas, el análisis se centra en el último período de expansión económica. Por tanto, un periodo asociado a una disminución de las tasas de suicidio. A su vez, en un estudio anterior, los autores habían analizado los periodos anteriores: “Gran expansión” (2002-2007) y “Gran recesión” (2008-2013).

¿Cuáles son los resultados?

Los hallazgos encontrados en este estudio muestran que:

  1. Existen brechas socioeconómicas entre las zonas urbanas y rurales (representado por la densidad de población, que es aproximadamente 2 puntos mayor);
  2. Existen diferencias por género, dado que para las mujeres aparece un patrón de suicidio “mediterráneo” (alrededor del 77% mayor) mientras que los niveles de desempleo tienen una importancia significativa para los hombres (en un 0,7 por ciento);
  3. Los factores de aislamiento social, cuando son significativos, muestran un resultado (a priori) sorprendentemente positivo (nuestros resultados empíricos indican que reduciría el número de suicidios alrededor de un 7 por ciento).

¿Cuáles son las aportaciones de este estudio?

Los resultados de esta investigación pueden tener utilidad para la prevención del suicidio en España. Así, pueden tener implicaciones para las políticas de salud pública. De hecho, el estudio respalda la idea de que se necesita un mayor grado de intervención pública para reducir el suicidio y las autolesiones a través del diseño e implementación de planes específicos que mejoren la efectividad real de las estrategias de prevención.  En concreto, atender a las disparidades urbano-rurales en los suicidios, así como a la diversidad entre mujeres y hombres. Igualmente, los programas educativos y/o la mejora de las condiciones de vivienda también podrían ser beneficiosos. Además, el apoyo social y una atención médica pública de calidad pueden tener un importante efecto protector contra la conducta suicida.

 

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here